Duras. Muy duras las imágenes que se han visto en La Romareda después de la derrota contra el Numancia. El sueño del ascenso se acabó y las la desolación y las lágrimas se apoderaron de aficionados y de jugadores, pero hay uno cuña tristeza destacó por encima del resto: Borja Iglesias. No había quién pudiera consolar al delantero gallego.
Borja estaba completamente hundido. La mayoría de sus compañeros se acercaron a abrazarle y, ahí, en los brazos de sus queridos camaradas se quedaba llorando. Lágrimas y más lágrimas las de un panda que no reaccionaba y al que La Romareda le cantó "Borja quédate".
Tan desoladora era la imagen del '9' blanquillo que hasta Pere Milla se ha acercado a intentar animarlo. El problema es que ya nada podía hacer que Borja cambiara su rostro y que las lágrimas se fueran de su cara. Quizás, por su mente le pasaba una y otra vez ese mano a mano ante Aitor, quizás le pasaba que este ha podido ser su último partido con la camiseta del Real Zaragoza.
Las imágenes, hablan por sí solas: