El cabezazo de Diamanka en el minuto 90 del partido de vuelta de la primera ronda de la promoción fue el punto de inicio para el tsunami de acontecimientos que estaban predispuestos a pasar en el Real Zaragoza una vez que la temporada hubiera finalizado. Circunstancias conocidas durante las últimas semanas pero que ya han comenzado a pasar.
Lo primero de todo era la marcha de Natxo González. Pese a la resistencia de algunos a creer que el técnico vasco pudiera abandonar el Real Zaragoza a final de temporada, en la mañana de este lunes ha sido el propio Natxo el encargado de confirmar la noticia. Se va, sin confirmar su próximo destino, pero lo seguro es que no ocupará el banquillo de La Romareda la próxima temporada.
Poco después de la confirmación de la marcha de Natxo, el Real Zaragoza ha anunciado también la renovación de Lalo Arantegui, piedra angular del proyecto y el encargado de elegir al próximo entrenador del equipo aragonés. Todo apunta a que en cuanto sea posible se anunciará a Imanol Idiakez, que ya estuvo en La Romareda el pasado sábado siguiendo las evoluciones del que será su equipo a partir del 9 de julio, día en el que comenzará la pretemporada.
El guipuzcoano pretende continuar con la línea marcada por Natxo y que ha llevado al Real Zaragoza a la mejor clasificación de los últimos años. Por eso y por la buena relación que une ambos, Natxo e Idiakez se han reunido en la Ciudad Deportiva para cuidar algunos de los detalles de la planificación que ha llevado el equipo en esta temporada y que pretende continuar el nuevo entrenador. Un ejemplo puede ser la convivencia, con desayuno y comida en las instalaciones de la carretera de Valencia que instauró el vitoriano y que pretende continuar el nuevo entrenador.
Todo para asegurar el buen futuro de un Real Zaragoza que quedará en manos de un Idiakez que fue pupilo de Natxo, tanto es así que el vitoriano consideró como un fijo a su sucesor cuando este todavía era jugador –fue el jugador que más minutos disputó ese año– en la temporada en la que coincidieron en Reus, la 2005/06, poco antes de que el donostiarra diera el salto a los banquillos.