Una de las grandes diferencias del Real Zaragoza de la temporada 17/18 con el de la que se avecina va a estar en la confección y el valor de la plantilla. El gran trabajo de Lalo Arantegui en la construcción de la misma va a facilitar un verano mucho menos movido en cuanto a salidas. El año pasado tuvieron que abandonar la nave una veintena de jugadores, la mayoría fichados por Narciso Juliá. Hasta prácticamente septiembre, fue habitual en la Ciudad Deportiva ver a todo
el grupo entrenando por un lado y a futbolistas como Álex Barrera, Xumetra, Edu Bedia, Manu Lanzarote o Xabi Irureta corriendo aparte. Este verano el capítulo de salidas será sensiblemente más sencillo.
Primero, porque no habrá que pagar costosos finiquitos. Lalo deslizó en rueda de prensa que habría jugadores que por la falta de minutos deberían
buscar acomodo en otros sitios. No quiso dar nombres, pero la lógica nos lleva a pensar que son Oyarzun, Alfaro y Ángel Martínez. Se unirían a
Borja Iglesias y Aleix Febas. Por lo demás, ahora mismo el equipo aragonés podría salir a competir perfectamente con la base que tiene.
Una base que tiene futbolistas que son mucho mejores ahora que hace exactamente un año: Julián Delmás, Dani Lasure, Diogo Verdasca, Íñigo Eguaras, Raúl Guti, Giorgi Papunashvili han crecido hasta convertirse en jugadores punteros de Segunda. El portugués, el navarro y el georgiano fueron fichados; los zaragozanos promocionados desde Tercera, apuesta arriesgada.
Si hubiera salidas, Lalo ha asegurado que todos los jugadores están protegidos por valiosas cláusulas. Es decir, el año el Real Zaragoza tuvo que pagar porque muchos se fueran; este verano, será muy distinto. La plantilla, de hecho, se ha revalorizado. Todos son iguales o mucho más valiosos que en 2017.
Para darnos cuenta del valor del legado de Lalo, hay que mirar al año pasado. Entonces hubo tres jugadores (Cani, José Enrique y Saja) que se retiraron, varios que se fueron a ligas menores (Bagnack, Casado y Samaras), cuatro
probaron en la Liga India (Bedia, Irureta, Edu García y Lanzarote) y dos a Segunda B (Barrera y Xumetra). Hubo hasta alguno, como Popa, que no encontró equipo. Sólo el pichichi Ángel Rodríguez, que fichó por el Getafe, y Cabrera, que se fue a la Serie A, subieron su nivel.