Jermaine Pennant pasa por ser uno de los futbolistas más díscolos de cuantos han pasado por la disciplina del Real Zaragoza en los últimos años. Y no han sido pocos. Un jugador especial, cargado de talento, pero al que le movió más lo extradeportivo que aquello que sucedía dentro del terreno de juego.
Ahora el futbolista inglés de origen jamaicano vuelve a asomarse al ojo del huracán. Mientras que por una parte presenta una autobiografía en la que trata de explicar su movida trayectoria; por otra, ultima su entrada en la casa del Gran Hermano VIP británico, al que acude con la firme intención de revertir su imagen de ‘chico malo’.
Quizá muchos de los problemas que ha arrastrado Pennant durante su vida provengan de una difícil infancia. El futbolista no ha dudado en hablar sobre aquella época de su vida y muy particularmente sobre su padre. Un camello local que llegó a quitarle a su hijo el dinero recaudado en su 14º cumpleaños para comprar droga. Poco después se marcharía al Youth Training Scheme, un programa de capacitación que le evitaría un futuro peor. Eso y el Notts Country, que se convertiría en su primer equipo.
Con apenas quince años y con dos millones de libras de por medio, el Arsenal se haría con los servicios de Pennant, apenas todavía un niño. Antes de los 17 ya había debutado con el primer equipo, convirtiéndose en el jugador más joven en hacerlo en aquel momento –después superado por Cesc y Wilshere–. Su primer partido en Premier League no llegaría hasta dos años después y poco a poco el futbolista iba dando muestras de su complicado carácter. Tanto es así que ahora ha confesado que su mejor partido, con hat-trick incluido, llegó tras una noche de borrachera con sus amigos. Pese a todo, y cansado de no jugar, se marchó cedido a Watford y Leeds.
Cedido primero y en propiedad después, Pennant tuvo buenos minutos en el Birmigham, equipo que le tuvo que perdonar sus primeros problemas extradeportivos. En aquella época, el jugador fue arrestado por conducir bebido. Concretamente se estrelló contra una farola y dio un nombre falso, otorgando una tasa de 85 microgramos de alcohol por 100ml de aire aspirado, cuando la tasa permitida era de 35. Fue condenado a tres meses de prisión. El fútbol siguió su curso y el Liverpool se hizo con los servicios del jugador.
En el conjunto red, el atacante a punto estuvo de tocar el cielo, formando parte del equipo que llegó a la final de Champions de 2007. Una final que jugó completa y que se llevó el Milán por 2-1. En aquella época dirigía al equipo inglés Rafa Benitez, al que Pennant ha definido como “una pesadilla”. Todo por el exceso de táctica que trataba de compartir con sus jugadores, haciendo de los entrenamientos algo “aburrido”. Después de aquello volvió a salir cedido, esta vez en dirección al Portsmouth, justo antes de llegar a Zaragoza.
Su paso por la capital del Ebro es recordado como una gran fiesta. En Zaragoza no jugó demasiado, pero confiesa haber firmado el contrato de su vida. Pese a que la fiesta no era excesivamente de su agrado “parecía que sólo salían estudiantes”, poco más le era necesario. En el equipo blanquillo encontró la amistad de Songo’o, “era el más parecido a mí”. Con el camerunés exploró nuevas fronteras, como alguna interminable fiesta en Barcelona. También en Marbella, a donde se marchó tras pedir permiso por “asuntos personales” y acabó bebiendo hasta el amanecer, llegando a perderse los entrenamientos de lunes y martes. Todo ello sin pizca de discreción, pues aparecía divertido en las fotos del local, algo que le salió caro, pues la multa del club fue de un mes sin cobrar.
Así se forjó el mito. En concreto aquel que decía que Pennant había dejado olvidado su Ferrari en la estación de Delicias durante cinco meses. Según el jugador, “todas las historias son falsas”. Y aporta su versión. Al marcharse al Stoke a final de agosto de 2010, “tenía que coger el tren a Madrid y llegaba muy tarde”. Por aquello de empezar una nueva trayectoria con buen pie, Pennant no contemplaba la opción de perder aquel tren, por lo que saltó del coche dejando las llaves puestas y la puerta abierta. Según su versión, una semana después llamó a su traductor para que se hiciera cargo, “todo estaba controlado”. Pese a todo, el inglés reconoce no haberse portado bien con el club.
Después de aquello jugó posiblemente su mejor fútbol en el Stoke, al que llegó primero a través de una cesión y después, traspasado. Con los potters llegó incluso a disputar nuevamente competición europea en la temporada 2011/12 tras haber alcanzado la final de la FA Cup la temporada anterior – cayeron ante el Manchester City–. Tras una nueva cesión, esta vez en el Wolverhampton, su carrera en la élite del fútbol europeo llegó a su fin.
Firmó entonces por el Pune City indio y volvió a la Championship de la mano del Wigan. Una nueva experiencia exótica, en Singapur, concretamente en el Tampines Rovers, a donde llegó tras rebajarse el sueldo aproximadamente un 70%, pese a lo cual, seguía siendo el mejor pagado en la historia del fútbol del país asiático. Más recientemente ha militado en el Bury de lo que sería la 2ªB española y en el Billericay, de categoría regional, del que fue expulsado tras la publicación de un vídeo de contenido sexual con su pareja.
Ahora, el que fuera jugador blanquillo vuelve a estar de actualidad después de presentar sus memorias Mental: Bad Behaviour, Ugly Truths and the Beautiful Game y de confirmar su entrada en el Gran Hermano VIP británico. Al ‘reality’ llega el jugador inglés como celebridad, por su pasado como futbolista y como componente de la farándula tras sus relaciones con la modelo y actriz Jennifer Metcalfe y en la actualidad con la también modelo Alice Goodwing. Pese a todo, la intención del exfutbolista es usar su paso por televisión para tratar de borrar su imagen de “chico malo”.