El Real Zaragoza cuenta las horas para su próximo partido. Un choque de la máxima rivalidad frente a Osasuna. La vuelta del equipo a La Romareda. El estreno del nuevo tapete del coliseo zaragozano. Muchos factores de atracción y demasiado tiempo desde el último encuentro disputado el pasado viernes en Albacete.
Una semana larga de preparación en la que los futbolistas necesitan otro tipo de distracciones para mitigar la ansiedad. Parece en este sentido que Álvaro Vázquez ha tomado el relevo a su predecesor, Borja Iglesias. Si el ‘panda’ era el gran canalizador de las actividades del equipo blanquillo fuera del césped, parece que el turno es ahora para el ‘lobo’. El delantero catalán le ha tomado el relevo al gallego tanto fuera y dentro del campo, convertido en máximo goleador del Real Zaragoza en el inicio de la temporada.
La primera ha sido la conjura previa al encuentro frente al equipo navarro. Una cena de compañeros. Vázquez como maestro de ceremonias en un encuentro con varios de los jugadores más jóvenes del plantel zaragocista. Junto a él, Verdasca, Muñoz, Guti y Delmás. Buena muestra del buen ambiente que se respira durante los últimos tiempos en el vestuario del Real Zaragoza.
Ahora la misión es clara. El conjunto aragonés debe volver a la senda de la victoria después de tres partidos en los que ha sido incapaz de vencer. Un partido perfecto para volver a ilusionar a la afición de La Romareda con el triunfo frente a uno de los rivales más enconados de los blanquillos, especialmente en esta campaña en LaLiga 1|2|3. Todo además en plenas fiestas del Pilar. Un encuentro que hará del coliseo zaragozano una verdadera caldera, elemento que deberá aprovechar el equipo aragonés para superar a Osasuna. Una victoria vital para dejar atrás las dudas suscitadas durante las últimas semanas.