El próximo domingo el estadio municipal de La Romareda acogerá el duelo de LaLiga 1|2|3 entre el Real Zaragoza y el Granada. Dos equipos que luchan por volver a la élite del fútbol español, pero que a su vez, comparten una historia de esplendor en la máxima categoría que deja ciertas curiosidades con protagonistas compartidos.
El último de la lista será Lucas Alcaraz. El entrenador, que se estrenará como entrenador local en el coliseo zaragozano, se verá las caras con el que ha sido el equipo de su vida, el de su localidad natal, y el que le dio la oportunidad de hacerse un hueco en los banquillos del fútbol nacional.
Precisamente la historia compartida entre ambos equipos pasa en buena manera por la figura del tío de Alcaraz, José Manuel González. Un curioso viaje compartido con Enrique Porta. Ambos, jugadores coetáneos, nacidos y criados en la región opuesta a la que triunfaron en el mundo del fútbol. Aunque los dos vistieron las camisetas tanto del Real Zaragoza como del Granada.
Conocida, por su relación con el nuevo entrenador, es la historia de José Manuel González. El futbolista, tercero en el listado de los jugadores que más partidos acumulan con la elástica blanquilla, nació en territorio nazarí (1943). Tras dos temporadas en Segunda con el conjunto andaluz, llegó en 1966 al Real Zaragoza. En el equipo blanquillo se mantuvo hasta 1977. Un tiempo en el que pasó de la competición europea a la Segunda división y vuelta a la élite, llegando a lograr el subcampeonato liguero en la campaña 1974/75. Todo un mito del zaragocismo.
El camino contrario recorrió Enrique Porta. Aragonés, de Villanueva de Gállego (1944), se crió en las categorías inferiores del Real Zaragoza antes de eclosionar en la SD Huesca, donde logró 34 tantos. Ficharía entonces por el Granada, en un traspaso que le serviría a los altoaragoneses para la construcción de su estadio, El Alcoraz. En el equipo andaluz le costó hacerse un hueco prácticamente tres temporadas, todas ellas con el equipo en mitad de tabla. Todo hasta una nueva explosión, en la 1971/72, en la que con 20 tantos se convertía en el máximo goleador de la categoría. Permanecería en Granada hasta 1975, año en el que volvería al Real Zaragoza ya veterano, con 31 años, llegando a la final de Copa de aquella primera temporada y disputando competición europea.
Dos futbolistas de brillante trayectoria que recorrieron caminos inversos y que llegaron a coincidir en aquel Real Zaragoza de final de los setenta. Dos mitos que forman parte de la historia compartida por los blanquillos y el Granada, equipos que también ahora comparten sufrimiento en el infierno de Segunda.