Mientras la crisis del Real Zaragoza sigue sumando semanas (y derrotas), es inevitable pensar en la remontada del año pasado. La afición, las preguntas de la prensa, las respuestas de los jugadores. Unos y otros se refieren a la gran segunda vuelta del equipo entrenado por Natxo González. Ya sea para asegurar que es imposible, ya sea para no perder la fe. La estadística amable como abrigo del frío de la clasificación. Una comparación que podría incluso esfumarse: cada vez es más difícil encontrar nexos incluso con el renqueante equipo del año pasado.
Y es que a esta altura de la temporada, el Zaragoza tenía cuatro puntos más que ahora. El club aragonés había empatado a cero contra la Cultural Leonesa, y moraba en la zona media de la tabla. A tres puntos del descenso y a cinco punto de los play offs. Si es difícil pensar que algo parecido a lo del año pasado puede suceder, se antoja como una quimera si encima hay que sumarle cuatro puntos más. En aquella plantilla, destacaba Borja Iglesias, que llevaba siete goles. Un argumento al que agarrarse en tiempos de crisis. Ahora mismo, el lesionado Álvaro Vázquez lidera la tabla de goleadores zaragocistas, seguido de Javi Ros (dos goles de penalti) y Diogo Verdasca (defensa central).
El equipo aragonés tiene que reaccionar ante el Nàstic. Eso le acercaría a los números de play off del año pasado. Hay otra lectura: tras el empate ante la Cultural, sólo se ganaron dos de los siguientes nueve partidos. Justo después de eso, en enero contra el Tenerife, empezó la racha triunfal zaragocista.
Lucas Alcaraz aún tiene tiempo de engrasar el equipo; de recuperar a los protagonistas del año pasado. En el caso de los arietes, Borja Iglesias se disponía a estas alturas del año a encarar una racha sin marcar que duraría hasta el último partido antes de Navidad. Álvaro Vázquez y Marc Gual deben recuperar sus números de antaño. Sólo así se podrá soñar con igualar a aquel equipo. Y es que ahora mismo parece imposible.