El Real Zaragoza salió del estadio de La Romareda poco mejor de como entró para el encuentro frente al Córdoba. Los blanquillos se mostraron como un equipo incapaz de crear peligro a uno de los pocos rivales que todavía se mantienen por detrás en la clasificación, haciendo inútil la enésima revolución en el once de Lucas Alcaraz.
Como punto positivo a rescatar del partido frente al equipo andaluz, más allá de haber logrado sumar un empate, el hecho de haber conseguido mantener la portería a cero. Un logro de escaso consuelo, pero que en el caso del Real Zaragoza, es un hecho extraordinario. Y es que hacía tres meses que los blanquillos no volvían a casa sin encajar.
Sucedió en Oviedo, donde quedó todo lo bueno que había mostrado el conjunto aragonés en el inicio de la temporada. Aquel 8 de septiembre se consiguió golear al equipo carbayón, a la par que se dejaba la portería a cero. Esa fue la segunda ocasión en la que se lograba en los primeros partidos de la campaña tras el empate sin goles cosechado en Reus. Desde entonces, doce partidos consecutivos de LaLiga 1|2|3 y otros dos de Copa del Rey encajando goles.
Casualmente, Lucas Alcaraz ha logrado su primera portería a cero en la vuelta a la defensa de cuatro jugadores tras varias jornadas jugando con cinco. Una defensa que además coincide con la que presentó Imanol Idiakez en su último encuentro, ante el Tenerife, y en que alineó la misma línea defensiva compuesta por: Delmás, Verdasca, Álex Muñoz y Lasure.
Poco más que una anécdota que puede convertirse en el inicio de la recuperación de la solvencia defensiva de un equipo que a lo largo de la campaña ha mostrado notables carencias, tanto a la hora de cerrar su portería, como de cara al arco rival.