Desde su adiós tras el fatídico partido de Palamós ante la Llagostera, Guitián no ha disfrutado sus mejores años a nivel futbolístico, ni mucho menos. El central ha jugado con la elástica del Valladolid y del Sporting, y ahora vuelve al Real Zaragoza, en busca de un gran reto y, sobre todo, de fútbol y minutos.
Tras su desvinculación con el Real Zaragoza en junio de 2016, Guitián firmó con el Valladolid, uno de los equipos con más nombre en esa LaLiga 123, pero que el curso anterior había sufrido y necesitaba un profundo cambio. El cántabro firmaba para las tres próximas temporadas, y era el primer fichaje de un proyecto liderado por un ex zaragocista como Paco Herrera.
De hecho, el cambio se hacía notar. El Valladolid quedó a las puertas del play off de ascenso, séptimo. Y dentro de este grupo, Guitián fue importante para el equipo pucelano. El defensa disputó un total de 36 partidos, entre Liga y Copa. Pero su irregularidad iba a marcar su devenir con la camiseta blanquivioleta.
Ese verano, el Valladolid siguió alimentando sus ganas de regresar a primera. Hizo incorporaciones que lo auparon hasta el play off y el ascenso la pasada campaña. Pero en ese equipo, Guitián apenas tenía cabida. Únicamente disputó cinco partidos. Y por ello, en invierno se vio obligado a buscarse una salida en invierno por el bien de todos.
Un Sporting que optaba a prácticamente todo vio con buenos ojos la llegada de Guitián, cedido por el Valladolid. Pero en un equipo prácticamente hecho, pocas oportunidades iba a disponer el central cántabro. Tras su llegada a finales de enero, Guitián disputó solo seis encuentros, y nunca encontró esa regularidad que buscaba.
Y tras ese medio año en Asturias, el central volvía a Valladolid. Un equipo que acababa de ascender y que apenas contaba con él. De ahí que únicamente haya disputado 28 minutos, y en Copa, esta temporada. Por ello, Guitián vuelve a Zaragoza para quitarse esa espina del partido ante la Llagostera y, sobre todo, sentirse futbolista de nuevo.