Mientras el Real Zaragoza llevaba a cabo su último entrenamiento antes de tomar rumbo a La Coruña en el estadio municipal de La Roamareda, la Ciudad Deportiva se teñía de luto después de conocer el fallecimiento de Joaquín Castillo.
La figura de Joaquín Castillo estaba estrechamente ligada con la historia del Real Zaragoza. Por una parte por el apartado familiar, ya que era suegro del que fuera jugador del equipo aragonés Ángel Lafita, que militara en el conjunto blanquillo a comienzo de los ochenta. Era por tanto, también, el abuelo de otros dos futbolistas, Ángel y Nacho Lafita -ahora en el Ejea de 2ªB-, que también lucieron con orgullo el escudo del león. A su vez, suegro también de otro futbolista, Javier Pérez Villarroya, que diera el salto a principios de los años 90 del Real Zaragoza al Real Madrid.
Además, Joaquín Castillo era también fundador y presidente honorífico de la Peña Ángel Lafita, cuya sede se sitúa en la cafetería de la Ciudad Deportiva, gestionada durante años por la familia. Así, durante los últimos años, fue el encargado de servir tanto el desayuno como la comida a los jugadores de la primera plantilla del Real Zaragoza, que durante buena parte del día conviven en los salones privados de la cafetería.
Una pérdida irreparable para la familia zaragocista, que pierde así a uno de sus aficionados más carismáticos.