Víctor Fernández vuelve a llenar La Romareda

El partido entre el Real Zaragoza y el Extremadura del pasado fin de semana se disputó bajo una atmósfera un tanto especial. Al aura de final que le otorgaba el hecho de la situación clasificatoria de ambos conjuntos se le unió un factor diferencial, la presencia de Víctor Fernández en el banquillo local, la vuelta del héroe en busca de rescatar al equipo de su vida. Para rematar, La Romareda quiso acompañar, engalanándose como en las mejores ocasiones.

Nada parecía acompañar ante un partido por todo lo bajo. A la terrible situación que vivía el Real Zaragoza, que parecía anestesiado durante las últimas jornadas se le unían las fechas, con las navidades asomando a la vuelta de la esquina. Lo único positivo, el horario, a media tarde, que facilitaba la presencia de todos aquellos niños que no anduvieran disputando sus propias ligas.

Pero para qué engañarnos, Víctor Fernández fue el factor diferencial. En apenas tres entrenamientos y sobre todo, en dos ruedas de prensa, el técnico zaragozano fue capaz de insuflar al equipo y a su afición un aire renovado, lleno de energía y esperanza. Y el equipo respondió. Pese a que los extremeños se adelantaron en el marcador, el Real Zaragoza le dio la vuelta a un partido cargado de emoción.

La Romareda volvió a llenarse, alcanzando la cifra inalcanzable para la mayoría de clubes de LaLiga 1|2|3 de 23.349 espectadores. Un aforo que supera con creces los de las últimas jornadas. Ante el Córdoba fuero 16.296; ante el Cádiz, 17.950 o frente al RCD Mallorca, 21.461. De hecho, la entrada ante el Extremadura es la segunda mejor de la temporada, únicamente superada por la registrada en el encuentro de la máxima rivalidad, ante Osasuna, con 23.849.

Una muestra más de la importancia que debe tener La Romareda para el devenir de la temporada del Real Zaragoza y de lo poco que necesita la afición blanquilla para volver a ilusionarse con su equipo.