El Real Zaragoza ha vuelto a la Ciudad Deportiva para llevar a cabo el último entrenamiento previo a viajar a tierras asturianas, donde el sábado se verá las caras con el Sporting de Gijón. Una sesión que ha estado marcada por el intenso frío que ha provocado que el campo de entrenamiento amaneciera completamente cubierto por la escarcha.
Una estampa plenamente invernal que ha quedado plasmada tanto por los periodistas que cubren la información diaria del equipo como por algunos de los integrantes del cuerpo técnico, que no han querido dejar la ocasión de fotografiar una imagen poco habitual en las instalaciones de la carretera de Valencia.
Más allá de la espectacularidad del manto blanco helado reposante sobre el césped, el hielo ha supuesto también un contratiempo para el equipo, especialmente en los instantes iniciales de la sesión, en los que los jugadores han tenido que trabajar con cautela para evitar resbalones provocados por el hielo. Unos futbolistas ataviados en su mayoría con toda la ropa de abrigo posible, con apenas un par de valientes en pantalón corto. Poco a poco, con la actividad de los jugadores y el rodar del balón, el verde ha ido tomando su color original, permitiendo el trabajo rutinario del equipo.
Un hecho anecdótico que ha acompañado al Real Zaragoza en su última sesión antes de tomar rumbo a Gijón, donde disputará su primer partido liguero del año. Un viaje largo que ha condicionado también el estado del terreno, ya que la sesión de entrenamiento, así como la rueda de prensa previa de Víctor Fernández se han adelantado una hora para permitir al equipo el traslado hasta tierras asturianas, desde donde los jugadores blanquillos tratarán de volver con tres puntos para comenzar a dejar atrás los puestos de descenso, que tantos dolores de cabeza le han producido al club durante las últimas semanas.