Regresaba el Real Zaragoza a uno de sus escenarios malditos. Un Insular donde en 2015 se rozó el cielo... para seguir en el Infierno. Un Infierno en el que, ahora con Víctor Fernández, va haciendo su camino. Contra Las Palmas, los blanquillos estuvieron con el agua al cuello en la primera parte tras un asedio infernal del rival que se saldó con un gol en contra y pudo haber sido peor. Poco a poco fueron tocando balón y creciéndose. Todo gracias al esfuerzo del bloque y al acierto clínico de Álvaro Vázquez. El de Badalona sigue de dulce. Al final, un botín... que puede resultar escaso.
Un Zaragoza que empezó dominante en la posesión e intentaba encontrar los caminos hacía la portería de Raúl Fernández. Soro y Pombo incordiaban a la defensa rival por derecha e izquierda, y Las Palmas amenazaba con balones largos a Rubén Castro. En una de las incursiones canarias, Delmás le hizo una falta muy inocente a Rafa Mir en la banda. Mala idea con las torres que tienen los canarios... una de ellas, Juan Cala, cabeceó dentro el centro. El linier anuló justamente el gol, pero los aragoneses no se aprovecharon de ello. Un minuto después, Verdasca perdió un balón, grave error, ante Fidel. Con el Zaragoza en plena salida y descolocado, el de Las Palmas se metió rápidamente al área y se la cedió a Ruiz de Galarreta. El esférico le cayó a un Rubén Castro que no perdonó, tras una gran jugada del exzaragocista.
Los amarillos olieron la sangre y como escualos salieron en tromba a despedazar a los de Víctor. Una carrera de Rafa Mir por la banda acabó con un centro que Nieto cortó de forma providencia; en la siguiente jugada, Verdasca taponó un tiro a puerta con aroma de gol. Dos minutos después, Mantovani y Cala no cantaron el segundo tanto porque les faltaron un par de tallas de pie. El Zaragoza sufría en una peligrosa agonía. En el minuto 22, Fidel centró al área y Delmás cortó el balón in extremis cuando Rafa Mir se disponía a fusilar; en la misma jugada Galarreta disparó fuera. Era ya la cuarta ocasión para los isleños. La defensa zaragocista pedía oxígeno ante el asedio de Rubén Castro, Fidel, Rafa Mir o el inspirado Galarreta, jugadores muy talentosos y, por desgracia, muy inspirados.
Una incursión de Carlos Nieto tras un pase de fantasía de Pombo supuso un tiro a Zapater que tapó Timor. En el córner a favor, Las Palmas despejó y salió a la contra con mucha velocidad. Sólo la velocidad de James evitó el segundo tanto. El Zaragoza sufría las contras y la velocidad canaria y no era capaz de ponerle cloroformo al partido. El balón le quemaba a todos los blanquillos. Tenían más posesión, pero los de Paco Herrera eran felices saliendo a la contra tras recuperar.
La tormenta fue remitiendo poco a poco. El Zaragoza se logró aprovechar de su calidad arriba para llegar a puerta. En el 29, un tiro de Igbekeme se marchó alto. Pombo no cesó de bajar a recibir al centro del campo para crear jugadas y nivelar el dominio en la medular. Seguía existiendo la misma debilidad atrás, pero los de Víctor habían pasado lo peor. Tanto, que en el minuto 45 llegó el milagro. Eguaras, con una conducción suya marca de la casa en los tres cuartos de campo, le obligó a Galarreta a encimarle. El vasco, apurado ante el inminente pase de la muerte que el navarro le iba a soltar a Víctor Vázquez, metió el pie para interceptarle el balón. Este, por fortuna, salió disparado hacía el Lobo, que impertérrito, frío, calmado, no perdonó. Uno a uno y, al igual que contra el Real Oviedo, manos a los oídos en la celebración. Ya llovía menos tras la brutal tormenta que habían descargado los canarios sobre el área de Cristian.
En el primer minuto de la segunda mitad, otro susto grave para Cristian. Nieto hizo una falta en el lateral parecida a la de Delmás de la primera parte. Fidel centró y Rubén Castro remató a gol en fuera de juego. Dejà vú. El partido seguía en empate. A diferencia del primer periodo, el Zaragoza tocaba y llegaba a puerta. Álvaro rozó el remate en el área pequeña tras un gran pase de Carlos Nieto; el defensa se la quitó. En el córner siguiente, Eguaras casi marca un golazo con el empeine tras enganchar un rechace. Buenos primeros diez minutos para un Zaragoza con mucha más presencia. En el 58, Marc Gual entró por Soro.
El ímpetu canario de la primera parte languidecía en el recuerdo como una pesadilla tras una mala noche. El Zaragoza imponía su ley en el centro del campo, Zapater estaba imperial y James Igbekeme se crecía conforme pasaban los minutos. En el minuto 65, Nieto le puso un centro maravilloso a Álvaro, quien cabeceó fuera por un metro. El Insular estalló. Pitos a Las Palmas. Pese a ello, volvieron a pisar los dominios de Cristian. Primero con un empujón de Eguaras en el que pidieron penalti; en el siguiente córner, con un cabezazo desviado de Rafa Mir.
Como desquiciados por los pitos, o por lo fallado en la primera mitad, Las Palmas se fue el partido. Además, se quedaron con diez en el 75. Peñalba fue expulsado por doble amarilla por protestar. El Zaragoza lo tenía en su mano... Mientras, Miguel Linares entró por Álvaro Vázquez. Nieto, tras haber hecho un partidazo, se marchó lesionado. Aguirre fue su sustituto. El partido se convirtió en un auténtico correcalles. Las Palmas atacaba a la heroica ante un Zaragoza que esperaba salir a la contra. Los dos equipos tenían llegadas y la moneda podía caer de cualquier lado... final frenético, alocado, algo errático. Sólo la falta de acierto le privó a los de Víctor asaltar la Isla y llevarse tres puntos. Pombo desaprovechó una contra tirada por Linares y el resto de llegadas tampoco se saldaron con acierto.
Al final un punto para alejarse un poco más del descenso, para asentarse en la tabla en un campo difícil y tras haber sufrido un auténtico asedio en la primera parte.