El Real Zaragoza vive en el alambre. El equipo aragonés cayó en Son Moix frente al RCD Mallorca y acumula una racha negativa de cuatro derrotas en los últimos cinco partidos. Los aragoneses, además han perdido uno de sus puntos positivos, la fortaleza lejos de La Romareda, donde tampoco acaban de conseguir la solidez necesaria.
Y es que el conjunto blanquillo había sido durante buena parte de la temporada uno de los mejores equipos a domicilio. Contaban con la particularidad de sumar más puntos lejos de su feudo que en él, algo que había mantenido alejados los fantasmas. Sin embargo, todos eran conscientes, con Víctor Fernández a la cabeza, de la importancia de hacer del coliseo zaragoza un fortín.
Parece que los esfuerzos se han centrado ahora en el resurgir del equipo en La Romareda, donde ha conseguido tres victorias desde la vuelta del técnico zaragozano, pero el rendimiento lejos de ella ha descendido notablemente. De hecho, se le ha dado la vuelta a la puntuación y el Real Zaragoza ya suma más puntos como local, 18, que como visitante, 16.
Además, en los tres últimos partidos, en los que los aragoneses se han medido a equipos punteros de la clasificación, se han dejado ver las carencias con las que cuenta la plantilla del conjunto zaragozano. Tres encuentros frente a Osasuna, Granada y Mallorca, equipos todos ellos de zona de promoción por el ascenso, en los que no sólo se han sumado tres derrotas, sino en los que además, no se ha conseguido perforar la portería contraria. Se rozan ya pues, los 300 minutos sin conseguir anotar lejos de casa, desde el tanto con el que Guitián certificaría la victoria por 1-2 en Lugo.
Un problema más a solucionar para el Real Zaragoza, que en la recta final de la temporada deberá visitar a tres rivales que se presumen como directos en la lucha por la salvación como son Córdoba, Extremadura y Tenerife, de cuyos resultados dependerá en buena medida la supervivencia del equipo en LaLiga 1|2|3.