Cuando Álvaro Vázquez salte al césped de La Romareda y vea las camisetas rojas del Nàstic, seguro que sentirá algo especial. El de Badalona jugó media temporada en Tarragona la temporada pasada y forjó una relación especial con el equipo tarraconense. Se podría decir que se salvaron mutuamente. Vázquez a su equipo, con seis goles en 18 partidos que resultaron vitales para atar una permanencia que estaba muy complicada a su llegada. Álvaro marcó los tantos de las victorias de su entonces equipo contra el Albacete, Osasuna, Valladolid, Rayo Vallecano y, sobre todo, en el dramático duelo contra la Cultural Leonesa que necesitaban ganar sí o sí para ser equipo de Segunda división.
Mientras, el Nàstic le dio a Vázquez la posibilidad de volver a sentirse futbolista y de gritar gol, tras un año y medio muy complicado. A su regreso al Espanyol en 2016, Vázquez no estaba teniendo ni la suerte ni los minutos que necesitaba en un momento muy importante de su carrera. Sólo diez partidos y 313 minutos, cero goles y la sensación de que su trayectoria se estaba quedando estancada. En Tarragona pudo encontrar su sitio a tiempo.
De hecho, en sus dos aventuras en Segunda, Nàstic primero y ahora Real Zaragoza, el catalán está marcando goles como nunca. Sus seis tantos en Tarragona fueron la segunda cifra en Liga más alta en su carrera hasta ese momento, sólo superada por los siete goles que hizo en el Getafe en la temporada 2014-15. Eso le sirvió para coger carrerilla de cara a su nueva etapa en La Romareda, ya que lleva ocho goles en 23 partidos, ahora misma la cifra más alta de su carrera desde que es futbolista profesional. Uno de estos tantos fue precisamente contra su ex equipo, en el 1-3 de la primera vuelta jugado en noviembre en tierras catalanas.