El Real Zaragoza ha vuelto a los entrenamientos tras la derrota del pasado domingo en La Romareda frente al Alcorcón. Los de Víctor Fernández encaran una semana atípica de trabajo en la que no hay partido por delante y en la que se buscará reforzar la moral del equipo en una situación delicada y la puesta a punto de la plantilla de cara a una recta final de campeonato especialmente exigente en busca de la salvación.
Así, a falta de un objetivo concreto el próximo fin de semana, el inicio del trabajo en la Ciudad Deportiva ha sido a un ritmo bajo, menor al de otras ocasiones. Con el balón siempre presente, los futbolistas blanquillos han tenido oportunidad para llevar a cabo una sesión reparadora después del partido del fin de semana.
Un encuentro en el que James Igbekeme resultó como gran damnificado, ya que tras sufrir una dura entrada por parte de Boateng, tuvo que abandonar el césped. Aunque no se le ha diagnosticado más que un fuerte traumatismo, el centrocampista nigeriano ha sido el gran ausente en la vuelta al trabajo, ya que, en esta ocasión, se pueden medir los plazos con mayor tranquilidad.
En la nómina de futbolistas ausentes también se han mantenido Daniel Lasure y Chechu Dorado, que encaran la parte final de sus respectivas recuperaciones. En el lado contrario, han trabajado con normalidad nombres como Papu y Benito, ausentes de la última convocatoria y todavía renqueantes tras sendas lesiones, así como Guitián, que se cayó del once por enfermedad.
La rutina del equipo aragonés continuará durante toda la semana con el entrenamiento matinal del miércoles como siguiente parada, una vez más, en las instalaciones de la carretera de Valencia.