Kily González es uno de los jugadores emblemáticos que vistió la camiseta del Real Zaragoza a finales del pasado milenio. En una entrevista concedida a ESPN, el extremo argentino contó una curiosa anécdota con Diego Armando Maradona. Esta se produjo poco antes de fichar por el conjunto blanquillo.
La historia tuvo lugar cuando Maradona y Kily compartían vestuario en Boca Juniors. "El Gráfico me propuso si quería salir en la tapa con Maradona. Yo miro al Diego y les digo: "vamos a hacer la nota". Diego me dijo: "Tranquilo, Kilyto, que esperen". Lo que pasa es que yo me quería ir a Rosario para contar a mi vieja que iba a salir en portada de El Gráfico. Me iba a coger el colectivo (transporte público) y el Diego me dijo: "¿Cómo te vas a ir en colectivo? Mañana yo te presto un auto y te vas para Rosario". Porque yo vivía con mis viejos y ellos se llevaron el auto".
"Fuimos a la casa de Diego y tenía un chico que se llamaba Germán" prosigue. "Dice: "Germancito, prepárate un auto a Kily". Bajo y comenzamos a ver los autos. Uno, de Claudia (la mujer de Maradona). Otro, de Diego. Cuando yo vi lo que me dio, le pregunté: "¿No tenés un Renault 11?" Me dio un BMW 325 descapotable, verde tapizado en crema. Digo: "Yo no puedo andar en esto, voy al barrio", pero Diego quería que me llevara ese. Agarré la autopista, llegué a casa y todo bien".
Kily comenta que, a su llegada, las reacciones fueron muy variopintas. "Me dicen: "Qué haces con el auto de Diego?" Vitamina Sánchez (centrocampista argentino de su quinta) pidiéndome que le dé una vuelta. En pleno invierno, con la capota levantada y pasando frío. Me lo dio el fin de semana y lo exprimí, cuatro tanques de combustible por lo menos. Vuelvo a Rosario, manejaba mi viejo, porque vine el mismo día de entrenamiento. Entrenábamos en Don Torcuato. Estando yo durmiendo, siento que el auto se empieza a mover. Le pregunto a papá qué hacía, y me dijo que no andaba. Él creía que iba a 80 o 70 y el motor iba enroscado, casi le mete fuego. Le dije que le cambiara la marcha" bromea junto al resto de contertulios.
Llegamos y le dije a Diego que ahí tenía el auto. Me dijo: "Kilyto, tráemelo mañana, porque tengo que hacer algunas cosas". Al día siguiente, igual, y así hasta el viernes. Jugábamos el domingo, nos concentramos el viernes. Le dije a Diego: "mira, tengo el auto, te lo tengo que dar". Me dijo: "Dejame de romper los huevos con el auto, ¡te lo regalo! Llevátelo, disfrutalo". Yo no lo podía creer. Al salir, le dije a mi papi "Mirá las llaves, me lo regaló" y no lo podía creer. Entonces fue a hablar con Guillermo Coppola. Le dijo: "Diego me dijo que me va a regalar el auto" a lo que Coppola respondió: "Si él te lo regaló, Kilyto, llevátelo". Así que agarré con el autito a casa y me lo regaló. A los dos meses yo me fui a España, y le dije a mi viejo: "lleváselo al Diego, que no es justo" y entonces se lo devolví".