En el partido aplazado ante el Mirandés, el Real Zaragoza tenía la oportunidad de meter más miedo, si cabe aún, a la zona noble de LaLiga SmartBank. Pero no logró aprovecharla del todo. Empate que sabe a poco, pese a que es un campo complicado y ante un rival que está de moda. James adelantó a los blanquillos con un golazo en la primera mitad. Matheus empataba la contienda tras el descanso, en un fallo de salida de Atienza.
El partido comenzaba con dos equipos que buscaban situarse bien sobre el césped. Un césped que no se encontraba en sus mejores condiciones. Algo que se apreciaba a la perfección viendo cómo botaba la pelota. Un factor que influía en que costara bastante obtener el control del partido, imprescindible para el juego de Víctor Fernández.
Los acercamientos a las porterías eran escasos en los primeros compases. El Real Zaragoza se situaba de la mejor manera para evitar que el peligro del ataque Mirandés se acercara a las inmediaciones de Cristian. El Mirandés, por su parte, cerraba el carril central para llevar a los blanquillos a jugar a las bandas. Además, la ausencia de Luis Suárez se notaba. Puado se encontraba bastante aislado y eran Guti y James los que se repartían la labor de segunda punta.
Pese a eso, Eguaras comenzó a aparecer en juego. Entre combinaciones cortas y precisas de los jugadores del Real Zaragoza y una magistral defensa liderada por Atienza y El Yamiq, el Mirandés empezaba a verse superado. Los primeros acercamientos a Limones empezaban a llegar. Eso sí, eran disparos lejanos y balones colgados que no lograban encontrar los tres palos. James tenía una luz especial en la fría noche en Anduva. Era el primero en intentarlo desde lejos y anticipaba lo que haría después.
El Real Zaragoza recuperaba pronto la pelota. Una contra capitaneada por Puado, tras previa recuperación de Guti, era el primer aviso serio. Carrera y disparo que se topaba con el defensor. Pero a la segunda así, Puado iba a sorprender. Era el minuto 35, cuando el catalán emprendía una larga carrera y ponía el balón atrás, a la frontal del área. En esta ocasión, el equipo acompañaba la jugada. Y ese balón se encontraba con James. Disparo de primeras, con el interior y muy bien colocado al palo derecho de Limones, que no podía, ni él ni el defensor que tapaba esa zona, evitar que acabara besando las mallas. Golazo del nigeriano que estaba cuajando un partido muy completo y que adelantaba a un serio Real Zaragoza, que estaba poniendo contra las cuerdas al equipo de moda en España.
Quería más el cuadro blanquillo. Las 700 gargantas que se dejaban escuchar en Anduva apoyaban a los suyos, y más aún tras ponerse por delante. Nieto, en una de sus características subidas, lo intentaba desde lejos con un potente disparo que se marchaba alto. Y Burgui, dejando ver de lo que es capaz, sacaba a relucir su calidad con un recorte para el tiro inmediato, que era bloqueado por la zaga mirandesa.
Tras el paso por vestuarios, el Mirandés salió con algo más de chispa. Lo que se tradujo en el empate. Apenas habían pasado tres minutos cuando Atienza perdía un balón en la salida. Una pelota arriesgada era robada por Antonio Sánchez, que le brindaba una perfecta asistencia a Matheus, que batía a Cristian por alto. La igualada dejaba algo helada al equipo y a la afición desplazada.
Aunque eso no era suficiente para que el Real Zaragoza se diera por vencido. Apenas cinco minutos le bastaron al cuadro aragonés en tener opción para ponerse de nuevo por delante. Gran pase de Nieto a Puado, tras llegar a línea de fondo. El hombre de punta de lanza en la noche de hoy era inteligente y, al estar de espaldas a la portería, cedía un gran pase a Vigaray. La entrada del lateral en solitario no hacía que su definición encontrara la puerta. Clarísima la ocasión que desaprovecho el madrileño.
Era una situación complicada para ambos equipos. Entraban dudas en ambos planteles porque, quizás, arriesgar de más te llevaba a perder el punto ya logrado. A pesar de eso, Víctor quería algo más. Para ello hacía el primer cambio. El técnico aragonés introducía a Álex Blanco, dando salida a Soro, para tener más velocidad en esa banda derecha, junto a Vigaray. A la primera sacaba una amarilla para Malsa. Y a la segunda sacaba la falta en la que llegaba otra oportunidad muy clara. Guti cedía a Burgui un balón para dejarle solo ante Limones. El extremeño optaba por definir de primeras, buscando el palo largo, pero la ocasión era desperdiciada. Iba a ser su última oportunidad, porque le dejaba su sitio a Linares.
El partido todavía no había acabado. Ni para un equipo, ni para otro. Aunque Limones parecía dar por bueno el punto, el Mirandés tuvo su último intento en un disparo lejano que detenía Cristian. Pero el Real Zaragoza no se conformaba con el empate. Álex Blanco tuvo, en un balón servido por Vigaray desde línea de fondo, la victoria. Si la llegaba a dejar, aparecía Puado para marcar, pero el valenciano resolvió alto.