El Real Zaragoza parece decidido a entregar las riendas del primer equipo de forma definitiva a Iván Martínez. Un técnico joven y sin experiencia en el fútbol profesional que se enfrenta a un reto mayúsculo en una situación delicada. Una historia conocida y que suena familiar en el seno de la entidad blanquilla.
La elección del nuevo entrenador, tras la destitución de Baraja, quedó reducida a dos nombres. El de Iván Martínez era uno, el de Víctor Fernández el otro. Algo así como recurrir al presente, al hombre que lo hizo todo con el Real Zaragoza o buscar en el club un elemento a su imagen y semejanza, con la esperanza de poder reverdecer viejos laureles.
Y es que la historia parece repetirse, aunque como siempre, introduciendo nuevos matices. Iván Martínez cuenta a sus espaldas con una mayor trayectoria como jugador. El nuevo entrenador tuvo ocasión de acumular experiencia en 2ªB durante prácticamente una década. Contrariamente, Víctor Fernández no destacó apenas como jugador, aunque ambos tuvieron ocasión de vestir los colores del Sariñena como una de sus últimas experiencias.
El salto fue incluso más temprano para Víctor. Tras temporadas en las categorías inferiores del Stadium Casablanca, se convirtió en segundo entrenador con Radomir Antic. Iván Martínez ha realizado un camino similar, aunque siempre ligado al Real Zaragoza, pasando por Infantil y Cadete antes de brillar con el juvenil, al que hizo campeón nacional y cuyo escudo paseó por Europa en la Youth League.
La oportunidad le llegó a ambos de forma temprana e inesperada, dirigiendo al filial blanquillo. 26 fueron para Víctor. El del barrio Oliver llegó hasta el mes de marzo, cuando tuvo que ocupar el lugar de Ildo Maneiro en la recta final de la temporada 1990/91, con apenas 30 años, la edad que tenían por entonces Cedrún, Esteban o Fraile, y tres años menos que, por ejemplo, Víctor Muñoz. Tras un inicio lleno de dudas y la promoción frente al Murcia, el resto es historia del Real Zaragoza.
Misma intención con la que llega ahora Iván Martínez, algo mayor, con 37 años, poco más que los capitanes Zapater y Cristian. Tras un partido en el Deportivo Aragón y el condicionante de la pandemia, el nuevo entrenador tiene ante sí el reto de alejar los fantasmas y devolverle la ilusión al zaragocismo, que ve en su figura a un elemento conocido.