Juan Ignacio Martínez le ha cambiado la cara al Real Zaragoza. Dos victorias en dos partidos que han servido para cambiar el ánimo de la plantilla. Sin embargo, la realidad sigue siendo complicada, con el equipo inmerso en la lucha por evitar el descenso.
Una dificultad que JIM tiene perfectamente clara. El técnico blanquillo es consciente y lo pregona, describiendo el partido frente al Cartagena como “otra gran final”. Y las finales son para ganarlas o, en este caso, para sacar un buen resultado, ya que “ahora mismo no hablamos de dificultades ni de excusas”.
Será extraño para el entrenador alicantino, que volverá a un club en el que vivió buenas temporadas, aunque ahora se centra plenamente en sacar del bache a los aragoneses, “más allá del cariño, el Real Zaragoza tiene una necesidad imperiosa de puntos”. Para ello, Juan Ignacio Martínez tiene clara la fórmula, “tenemos que ir a buscar desde el minuto uno a los rivales”. Así espera que puedan los blanquillos superar al Cartagena, con presión a los rivales y valorando cada instante al máximo “cada balón para nosotros es muy importante. Estamos en una situación en la que no tenemos margen de error”.
El parón le ha dejado al Real Zaragoza buenas noticias en forma de recuperación de futbolistas: James, Adrián, Bermejo y Guitián. Sobre eso, JIM considera que “mañana en la última sesión decidimos. Espero que estén casi todos”. Y es que el técnico ha reiterado que los mejores fichajes están ya en la plantilla porque “los fichajes vienen avalados por su currículum y su carrera”. En su opinión, “el jugador tiene que creérselo y estar convencido”.
Para levantar el ánimo la última victoria, tres puntos mu útiles para reforzar las buenas sensaciones antes del parón, aunque insuficientes todavía, “si miras la clasificación, no hemos hecho nada”. Esa es la misión de Juan Ignacio Martínez, sacar al club de esta situación, su único deseo deportivo para el 2021 que entra, “lograr la salvación con el Real Zaragoza”.
Sigo pensando que Torito Fernández, si no surge un milagro con un cambio importante de la actitud y de la aptitud (cosa bastante improbable), va a meter los mismos goles que yo, a lo sumo unos dos más pues puede haber algún rebote involuntario. Con la diferencia que yo no voy a jugar ni un solo minuto.