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D’Alessandro y su convulsa estancia en el Real Zaragoza

D'Alessandro en su etapa como zaragocista
Francisco Casado

El exjugador del Real Zaragoza, Andrés D’Alessandro, ha desvelado en su biografía los secretos de su llegada y de su estancia en la capital de Aragón. El mediapunta argentino ha revelado que tras un buen año con el club blanquillo en la temporada, 2006-2007, la siguiente campaña todo se torció y la situación le llevó a salir del Real Zaragoza.

Llegada a Zaragoza

En el verano de 2006, D’alessandro estaba buscando un nuevo destino en su trayectoria futbolística, barajando ir al Benfica o al Real Zaragoza. Eran dos opciones totalmente distintas. Con los portugueses se aseguraba un contrato de cuatro años y jugar la Champions League, mientras que con los blanquillos era un año cedido con opción de compra con un proyecto deportivo interesante.

El argentino ha desvelado que eligió al Real Zaragoza por el desafío deportivo que suponía, además de revelar que en mitad de verano recibió una llamada clave para su decisión: del entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández. D’Alessandro ha contado lo que le propuso Víctor: "Te quiero en España, me gusta tu juego, te seguimos hace mucho tiempo, vamos a traer a Pablo Aimar, imagínate los dos juntos".

Primera temporada 2006-2007

D’Alessandro ha expresado su satisfacción en su primer año en Zaragoza: "Me fue bárbaro esa primera temporada en el club. Nos divertíamos dentro y fuera de la cancha". El conjunto blanquillo terminó la liga en sexto lugar, clasificándose para la Copa de la UEFA. Además, de lograr buenos resultados contra los más grandes: ganando en la Romareda al Atlético de Madrid y Barcelona, con el Real Madrid empatando en los últimos minutos del partido.

El argentino ha contado su anécdota con Messi. En la vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey contra el Barcelona, D’Alessandro se encaró con la estrella argentina y tras un pequeño cabezazo, Messi cayó al suelo y D’Alessandro acabó expulsado. En cuanto Messi cayó al suelo, el exjugador del Real Zaragoza ha desvelado lo que pensó: "Listo, acá me echan de una, más siendo Messi". D’Alessandro también ha confirmado que el hecho no fue más allá y se quedo todo en una simple anécdota: "Quedó todo ahí, en una anécdota, después nos vimos en el vestuario y en diferentes situaciones nos cruzamos y me atendió superbién".

Todo se tuerce

Tras la buena temporada de Andrés D’Alessandro, el Real Zaragoza compró al argentino. Pero todo lo bien que fue la primera campaña en el club blanquillo, se torcería en esta segunda temporada. El argentino tuvo una trifulca con su compatriota Pablo Aimar en pleno entrenamiento como consecuencia del ego del 'Cabezón.

D’Alessandro achacaba el problema a su relación con Víctor Fernández en esa campaña: "Yo sentí que Víctor no fue sincero conmigo. No me dio la posibilidad de que jugara mal y me sacara, me sacó directamente". El cambio en el sistema de juego por parte de Víctor buscando jugar con un enganche y dos puntas dejaba fuera del equipo al argentino. La no comunicación de Víctor con D’Alessandro es lo que más molesto al exjugador blanquillo.

Tras la eliminación del Real Zaragoza en la competición europea ante el Aris Salónica, D’Alessandro ha desvelado que tuvo una charla con el técnico y que a partir de ahí la situación fue imposible de retornar: "Me dijo lo que pensaba, y yo no me quede atrás, no soy de callarme. A partir de ese momento se hizo muy difícil la relación, ya no había retorno". El argentino también ha contado su enganche con Aimar: "En un fútbol reducido se dio la discusión con Pablo, nos empujamos un poco y nos separó Diego Milito". Además, ha revelado que pocos días después de la riña con Aimar, Víctor le echó de un entrenamiento y no le dejó entrenar al día siguiente, llegando a un punto en que "no nos tolerábamos mutuamente".

El final todos lo conocemos: D’Alessandro salió en enero al San Lorenzo argentino y el Real Zaragoza descendió al final de temporada. A pesar de todo, el argentino se ha sincerado: "Creo que me equivoqué en la manera de expresarme, pero no en el pensamiento, en lo que sentía", y ha reconocido que le dolió salir de Zaragoza: "Me fui con mucho dolor, porque Zaragoza nos encantaba y hasta habíamos comprado una casa que aún conservo".

Esta es la versión de un futbolista muy díscolo tal y como se demuestra en toda su trayectoria profesional, que no entendió su rol en el equipo y al que le pudieron los celos hacia Aimar. D’Alessandro gozaba de la simpatía de Agapito Iglesias y nunca aceptó que otros futbolistas tuvieran un papel más importante.

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