El 10 de mayo de 1995, Nayim escribía su nombre en la historia del Real Zaragoza al convertirse en el gran héroe de la final de la Recopa de Europa ante el Arsenal en París. 26 años después, nadie, ni siquiera los que aún no habían nacido, olvidan aquel épico gol que evitó la tanda de penaltis y permitió al conjunto blanquillo tocar el cielo.
El gol de los goles. Un tanto para la historia. Nunca jamás un futbolista hizo vibrar de tal manera una ciudad. El partido estaba abocado a los penaltis. Con 1-1 en el marcador, tan solo restaban 10 segundos para que la prórroga tocase a su fin. Pero entonces apareció Nayim. Desde el centro del campo, cerca de la banda derecha, el ceutí empalmó un balón a 49 metros de la portería del Arsenal. El esférico rozó el cielo de París para terminar en el fondo de la red de la meta de David Seaman. Ver para creer. "El mejor gol nunca marcado en una final europea".