Los contratos largos: el obstáculo del Real Zaragoza para llevar a cabo una reconstrucción

Este verano se antojaba como de reestructuración profunda en el seno del Real Zaragoza. En los despachos, por el cambio de propiedad y la venta a un grupo inversor, y en el terreno de juego, por la marcha de varios jugadores que no han dado el nivel esta temporada. Pero ambas operaciones se están enquistando. Más allá de lo que ocurra con la nueva propiedad, el principal obstáculo al que se enfrenta Miguel Torrecilla son los contratos largos, una herencia de la última temporada de Lalo Arantegui en la dirección deportiva blanquilla.

Así, el salmantino estaría teniendo problemas en encontrar acomodo a algunos jugadores con los que no cuenta. El mercado de fichajes todavía no ha cogido velocidad de crucero y, con muchos clubes todavía padeciendo las consecuencias económicas de una temporada tan atípica, se ven obligados a mirar en otros mercados más económicos como el de la Segunda división B para reforzar sus plantillas.

Todos los jugadores que el Real Zaragoza tiene actualmente en propiedad tienen, al menos, un año más de contrato. La apuesta de Arantegui en busca de la estabilidad no ha dado los resultados esperados en una temporada en la que los blanquillos no han salvado la categoría hasta las últimas jornadas. De los fichajes de este verano, hay varios que no son del gusto de JIM, como Haris Vuckic o Gaizka Larrazabal.

Los salarios elevados, otro problema en el Zaragoza

A la ausencia de mercado de algunos de los jugadores con peor rendimiento esta temporada se suma también los elevados salarios que perciben. Algo que complica sobremanera que encuentren equipo.

Cabe recordar que Gaizka Larrazabal habría despertado el interés de la SD Amorebieta, pero tan solo se podría permitir incorporarle como cedido. No es así el caso de Vuckic, que pese a que interesó al Sporting de Gijón en el pasado mercado de invernal, no ha sonado para ningún equipo este verano.

La única opción posible para poder dar salida a muchos de estos jugadores sería la rescisión de contrato, aunque el Zaragoza no posee el músculo económico necesario para poder asumirlo. O si no, confiar en que haya otros equipos de la categoría con los que poder pactar su salida a coste cero.