El idilio que vive el Real Zaragoza y Borja Iglesias sigue muy latente pese a que han pasado años ya desde que el futbolista gallego vistiera la camiseta blanquilla. De hecho, ha querido la casualidad que el delantero se estrenara con la selección española en el estadio de La Romareda.
Un partido muy especial para todos. Para Borja, que pudo debutar con el combinado nacional, en un estadio que venera su figura. Y para la parroquia zaragozana, que sigue teniendo en el futbolista del Real Betis a todo un ídolo, tanto por su rendimiento en el paso por el club aragonés, como por su carácter y personalidad, así como por el cariño que profesa a la ciudad y a la entidad.
Aquel primer contacto con el equipo de Luis Enrique, apenas unos minutos sobre el césped de La Romareda en el choque frente a Suiza, no tuvieron el resultado deseado. Con el 17 a la espalda, Borja Iglesias participó en el juego pero no pudo concretar ninguna ocasión clara para derribar el muro helvético. Muy diferente fue la experiencia en Braga, donde el equipo, sin el gallego, ganó y certificó el pase a la final a cuatro de la Liga de Naciones.
Un choque en el que Borja Iglesias no llegó a saltar al césped y, por tanto, no pudo ser heredero de Alberto Belsué en la selección nacional. Y es que el delantero tenía la camiseta preparada con el número 3, el mismo que lució el futbolista aragonés en la Eurocopa de 1996. Quizá una coincidencia, o no, ya que el gallego, este mismo verano, enseñó una foto en redes sociales con la figura del delegado blanquillo en su época de futbolista durante la concentración del Real Betis en Inglaterra.