Volvió a la conocida senda del empate el Real Zaragoza en un partido que más que de fútbol pareció ser un combate de boxeo. El Eibar terminó con nueve jugadores sobre el terreno de juego después de las expulsiones de Venancio y Javi Muñoz, pero el conjunto aragonés fue incapaz de traducir esa superioridad en el resultado.
El Real Zaragoza sigue siendo ese equipo camaleónico que no sabes con qué piel te lo vas a encontrar hasta que lo ves y su inicio en La Romareda esclareció la versión elegida. Los de Carcedo entraron con personalidad al duelo, defendiendo sin las fisuras vistas en Anduva y algo planos con balón. Un esférico repartido, alternativo, con el que ninguno de los dos equipos causó peligro.
El primero en avisar fue Simeone, como de costumbre, pero su disparo lo detuvo Yoel sin complicaciones. Respondió la SD Eibar y lo hizo mediante uno de sus carrileros, argumento de ataque principal de los armeros. Imanol se internó por izquierda y puso un gran servicio con destino Corpas. Fuentes, en una gran intervención defensiva, desvió su remate. Pese a que el partido no tenía ritmo alto, el Real Zaragoza se aceleraba en ataque y las precipitaciones en la toma de decisiones eran constantes.
La asiduidad de los blanquillos en campo rival no se traducía en ocasiones hasta que Jair, quien avisó en varias ocasiones a través del balón parado, remató desviado en el 22’. La presencia de Azón en el once permitía al Real Zaragoza tener a un ‘9’ fijador, referencia, que generaba con cada disputa. Precisamente así y con Simeone ocupando espacio y las caídas de forma inteligente, llegó la amarilla para Berrocal. Seguidamente, la verían Tejero y Gámez por dos faltas sobre Azón y Stoichkov, respectivamente.
Antes de alcanzar la media hora, Venancio sustituyó por lesión a Berrocal, quien sufrió una mala caída tras un duelo aéreo con Azón en los primeros minutos. No obstante, no iba a durar mucho el central portugués en el terreno de juego. Once minutos después de comparecer, se marchaba expulsado por un manotazo a Vada con el juego detenido. Intervino el VAR y también Garitano, que reaccionó inmediatamente. Nolaskoain y Rober Correa reemplazaron a Stoichkov y Corpas en dos cambios extremadamente defensivos.
Con varias interrupciones, ocho minutos de descuento y un remate alto de Simeone se alcanzó el descanso (0-0).
La superioridad numérica quiso transcribirla Carcedo en el resultado tras pasar por los vestuarios y, de entrada, Larra ocupó el lugar de Gámez. Blanco Leschuk hizo lo propio por Jon Bautista, en un cambió que no alteró nada en el ataque vasco. Simeone siguió provocando amonestaciones en la zaga visitante y Correa la vio en el 52’. Entró la segunda parte en un tramo escaso en cuanto a ocasiones. El Real Zaragoza, previsible y sin acierto.
No tuvo gran impacto la expulsión y el partido solo podía cambiar por chispazos. Así estuvo a punto de hacerlo en el minuto 65: Bermejo rompió a Arbilla en la esquina del área, previo manotazo muy riguroso, y teledirigió un disparo cruzado pegado a la cepa del palo que superó a Yoel. Sin embargo, el colegiado anuló el tanto tras revisarlo en el VAR. Tras el no gol del ‘10’ zaragocista, Carcedo lo cambió por Mollejo y Azón dejó su sitio a Gueye.
El choque subió de revoluciones y Blanco Leschuk y Matheus Pereira fueron amonestados por sendos manotazos. Volcaba en exceso el juego el Real Zaragoza sobre un Larra que abusaba de los envíos laterales. El campo seguía inclinándose hacia el área armera, más todavía cuando Javi Muñoz era expulsado con roja directa en el 77’ por una entrada abajo sobre Fuentes. Claro dominador del encuentro, el Real Zaragoza no encontraba el camino del gol y Vada remató desviado un centro desde la banda izquierda en una situación propicia.
A falta de 8 minutos para llegar al final, Juan Carlos Carcedo agotó sus cambios: Puche y Manu Molina por Vada y Francho. Ni los cambios ni los dos jugadores más parecían tener efectos positivos en un Real Zaragoza cada vez más desquiciado. Imanol vio la amarilla en el 85’ por cortar la cabalgada de un Larra activo por derecha. Dos minutos más tarde, Gaizka Garitano introdujo a Quique González por Imanol.
Permaneció volcado el Real Zaragoza sobre el área del conjunto eibarrés durante el descuento, pero el empuje blanquillo fue insuficiente para generar peligro. Los de Ipurúa perdieron tiempo constantemente y la lucidez en ataque brilló por su ausencia. El partido finalizó 0-0 con sensación amarga para los zaragocistas.
Las mismas debilidades en ataque volvieron a acuciar a un equipo incapaz de sobreponerse en área rival.
Lamentable partido una vez más del Real Zaragoza. Si el año pasado creíamos que había un equipo malo, el de este año no es malo, es malisimo pero creo que además por culpa de un pésimo Entrenador. No sé puede ganar sin tirar a puerta y manteniendo en el banquillo al único jugador que remata a gol, que por otra parte pienso que para eso lo ficharía. Lamentable otro partido más. Creo que este año se va a superar el récord de decepción en la afición y ya es decir.