A lo largo de su centenaria histórica el Real Zaragoza ha tenido mucho tino a la hora de firmar grandes delanteros. Tanto en su etapa de vino y rosas como ahora en LaLiga SmartBank. Entre 2005 y 2008, Diego Milito fue la punta de lanza de un equipo que hizo historia y que también protagonizó uno de los mayores descalabros de la máxima categoría.
Pero el zaragocismo recuerda con cariño al delantero argentino, que en una entrevista concedida a Jot Down Sport repasa su etapa como blanquillo con mucho cariño. Principalmente, porque jugó junto a su hermano por primera y única vez en su carrera.
Y es que los Milito empezaron su trayectoria en dos equipos que son eternos rivales: Racing e Independiente de Avellaneda respectivamente. Por eso mismo, se antojaba complicado que sus caminos se juntaran, al menos en Argentina. Tras el descenso administrativo del Genoa, Diego era uno de los delanteros más cotizados de Europa y apostó por ir a la capital de Aragón.
"Justo se había marchado David Villa y necesitaban un delantero. Todo era perfecto. No solo por jugar en la liga española, también por poder jugar por primera vez con mi hermano en un club. Él me llamó muchas veces para convencerme. Me dijo que la ciudad era hermosa y el club espectacular, que le querían mucho. Sabía que ese era mi lugar".
Pese a que de la mano de Víctor Fernández desplegaron un fútbol muy vistoso, aquél Real Zaragoza no consiguió ganar ningún título. Algo que siempre se ha achacado y a lo que el argentino quita peso.
"No es fácil ganar, ni siquiera con los clubs grandes. No nos tocó vencer, pero sí disfrutar". Y es que Fernández era un técnico al que le gustaba el buen fútbol y que, como rememora el delantero, conectaba con los argentinos.
"Le gustan los buenos jugadores y tenía muy buena relación con los argentinos. Le encanta nuestro país", rememora.
El año de la final de la Copa del Rey el técnico era Victor Muñoz,no Victor Fernández.