Muchos han sido los cambios que han llegado al Real Zaragoza con la llegada de Fran Escribá. No poco de ellos pudieron verse en el último partido, en el que el equipo aragonés fue capaz de llevarse la victoria en el Estadio de la Cerámica.
El principal, al margen de una renovada capacidad goleadora, fue la reacción ante la adversidad. Los blanquillos llegaron al descanso perdiendo por 2-0. Por primera vez en su historia, el equipo aragonés fue capaz de superar este resultado adverso para acabar logrando la victoria, algo inaudito, al menos en competición liguera.
Desde la llegada del técnico valenciano al conjunto zaragozano, esta es la segunda ocasión en la que el Real Zaragoza logra remontar un resultado adverso. De hecho han sido las dos únicas remontadas que ha conseguido el cuadro aragonés esta campaña, ante Villarreal B y la previa, frente al Ibiza.
Se recupera así el espíritu de las remontadas que mostró el equipo en pretemporada, entonces con Juan Carlos Carcedo. Entonces, en plena preparación, se hizo norma que los blanquillos comenzaran los partidos perdiendo y los acabaran ganando. Sin embargo, el técnico riojano fue incapaz de llevarlo a la práctica con la competición en marcha. Algo que, con Escribá, ha cambiado.