Examen de enero para Cordero

Pasan los días y el Real Zaragoza sigue inmóvil en el mercado invernal, cuyo cierre se encuentra cada vez más cerca. Una prueba complicada para el nuevo director deportivo, un Juan Carlos Cordero, maniatado por los condicionantes del club.

Quizá pueda cuestionarse la sucesión de acontecimientos que se produjeron en el Real Zaragoza en los últimos meses. Desde el mantenimiento de Miguel Torrecilla en la dirección deportiva el pasado verano a la llegada de Cordero con la ventana invernal ya abierta.

Sin embargo, parece claro que ahora, el ejecutivo cartagenero se encuentra maniatado a la hora de maniobrar. Más allá de la habilidad del responsable deportivo del Real Zaragoza para atraer nuevos futbolistas al proyecto blanquillo, el principal problema está en las salidas.

Jugadores como Petrovic o b cuentan con un contrato en vigor que, al margen de una posible rescisión, hay que respetar, por lo que su salida no es sencilla. Algo similar a lo que sucede con Jairo Quinteros. Situación que bien podría obligar, si se desea fichar, a la marcha de algún jugador con minutos en el equipo, caso de Manu Molina.

Así, llama la atención el hecho de que, contrariamente a lo sucedido en la temporada anterior, en esta ocasión no haya apenas jugadores con ficha del filial, llenando, por tanto, las del primer equipo. Unas posiciones que ocupan, por ejemplo, Rebollo, Luna o Mollejo, pero que bien podría haber sido aplicable a Puche, renovado en las últimas horas de mercado o incluso a Quinteros, que también podría cumplir, por edad, con ese papel.

Toda una serie de condicionantes que convierten este primer mercado de Juan Carlos Cordero en todo un examen, tanto por las entradas como por las salidas y de las que, en cualquier caso, no parece que su figura vaya a salir desgastada, pues el margen de maniobra con el que ha contado es más bien escaso.