Más allá del resultado frente al Deportivo Alavés, la afición de La Romareda volvió a casa alarmada por la posibilidad de que el hombre del momento, Bebé, pudiera haber acabado el partido lesionado tras retirarse minutos después de anotar su segundo gol con la elástica blanquilla.
El futbolista portugués dio la voz de alarma al quedarse sentado sobre el césped del coliseo zaragozano al tiempo que se tocaba el gemelo en señal de una posible molestia. Algo que obligó a Fran Escribá a realizar su último cambio del partido, ingresando a Eugeni en su lugar.
Un susto que ha quedado en nada. Así se desprende del hecho de que Bebé ha regresado al trabajo con total normalidad. Tras una jornada de descanso, el cuadro blanquillo ha vuelto a la Ciudad Deportiva para comenzar a preparar el próximo choque de LaLiga SmartBank, en el que se verán las caras con el Málaga en La Rosaleda.
Además de Bebé, la otra gran alegría del Real Zaragoza en el último partido fue la presencia de Pau Sans, que en apenas veinte minutos de juego dejó muestras de su calidad. El canterano sigue trabajando con el primer equipo y se espera que pueda seguir en dinámica e incluso viaje a tierras andaluzas.
Una posibilidad que está pendiente también de la evolución de los lesionados. En este martes han permanecido al margen del grupo tanto Bermejo, que llegó a tener minutos ante el Alavés pese al golpe recibido en Andorra, como Iván Azón y Quinteros, dos futbolistas que fueron baja el pasado fin de semana, así como Mollejo, recientemente operado de una fractura en el tobillo.