El Real Zaragoza sucumbe estrepitosamente en Málaga y encaja una nueva derrota y un golpe fatal que lo deja a 4 del descenso. Rubén Castro, por partida doble, y Lago Junior pusieron los goles en el festín en el que acabó convirtiéndose La Rosaleda. Fran Escribá acabó pagando su planteamiento y capituló en una segunda parte tétrica.
Obligado por su situación, el Málaga comenzó el choque con mucho ímpetu y no tardó en avisar a un Cristian que detuvo en el minuto 2 un disparo de Genaro desde la frontal. Pese a ello, el Real Zaragoza hizo pie pronto en el partido, se desquitó del dominio local, activó a Bebé y niveló la balanza. Antes de llegar al 10’, el extremo ya había servido un gran balón interior a Vada, que el argentino mandó a las manos de Yáñez, y probado al guardameta boquerón con un centro-chut que se envenenó.
El Málaga cargaba con muchos hombres el área de Cristian y Villalba era el eje sobre el que se movía el bloque de Pellicer. Escurridizo y hábil con balón, el ‘21’ local retrasó unos metros su posición y desdibujó al doble pivote. En el minuto 15, Jair bloqueó de forma sobresaliente un tiro del propio Villalba desde dentro del área tras un gran pase paralelo de Delmás. Seguidamente, Larra fue amonestado por una dura falta sobre Villalba.
Sobrepasado el ecuador de la primera parte, el encuentro rebajó pulsaciones, la posesión pasó a ser alternativa y Real Zaragoza y Málaga firmaron una tregua durante unos minutos. Durante este tramo, el choque se llenó de imprecisiones y los de Escribá añoraron una referencia más fija que liberara a Giuliano, desactivado con Vada al lado. En el minuto 35, una jugada individual de Bebé, que rompió a Delmás, terminó con un disparo alto de Bermejo desde una posición propicia para abrir el marcador.
El Real Zaragoza aprovechó lo incisivo de Bebé para llevar peligro al área andaluza y Giuliano disfrutó de la ocasión más clara del partido: el argentino regateó a Yáñez después de castigar una mala entrega de Genaro sobre su portero, pero estuvo lento en la ejecución y Ramalho, providencial, le negó un gol cantado. La primera mitad acabó en el área malagueña, con una buena intervención de Yáñez a un tiro de Bebé. Se alcanzó el descanso con 0-0.
El paso por los vestuarios dejó la primera permuta del partido. Pellicer metió a Rubén Castro en lugar de N’Diaye buscando reventar el partido. Y lo logró de inmediato. El comienzo del Málaga volvió a estar a la altura de lo que se estaba jugando y Rubén Castro adelantó a los boquerones en el 56’: el delantero canario atacó libre de marca el segundo palo y remachó a la red un gran envió de Villalba.
El tanto no amedrentó a Bebé, que se convirtió en el único argumento zaragocista durante el partido. El ‘4’ trató de sorprender a Yáñez con un disparo lejano marca de la casa, pero se marchó ligeramente desviado. Buscando la igualada, Escribá introdujo a Gámez y Puche en detrimento de Larra y Bermejo. Pellicer hizo lo propio con Gallar y Escassi, que ocuparon los lugares de Fran Sol y Villalba.
El Málaga monopolizaba el control del partido y el Real Zaragoza se limitaba a recibir golpes. En el 74’, Lago Junior puso tierra de por medio con un fenomenal disparo desde la frontal ante la pasiva oposición de Francho. Tres minutos después, Sans sustituyó a Vada y Molina a Alarcón, que de nuevo volvió a sucumbir en la medular maña y Javi Jiménez reforzó el lateral izquierdo del Málaga reemplazando a Cristian Gutiérrez.
Fruto de la desesperación, Simeone vio la amarilla por protestar y Escribá lo cambio de inmediato. Gueye compareció en Málaga y Rubén Castro le puso la puntilla al Real Zaragoza con una magnifica vaselina tras una asistencia de Álex Gallar. En la lona, los de Escribá solo esperaban el fin del partido ante una Rosaleda volcada con los suyos. Antes de llegar al 90’, Lago Junior dejó su sitio en favor de Appiah. Tras un añadido en el que no hubo nada reseñable, finalizó el encuentro con 3-0.
Segunda goleada en contra consecutiva de un Real Zaragoza que en ningún momento salió a competir en Málaga. Los de Fran Escribá se quedan a cuatro del descenso tras despertar a un rival al que hoy podían haber apuntillado.
No hay jugadores capaces de elevar nivel que este Zaragoza no tiene. Por muchos comentarios que dirijamos a Escriba, el mal viene de muy atrás y no ha sido por mover jugadores pero baratos y desechados por muchos equipos. El Zaragoza nada de nada
Que traigan a Victor, el único que nos puede resucitar, vamos directos al descenso.