Desde que aterrizó en la capital aragonesa, Fran Escribá siempre ha tenido clara cuál es la prioridad del equipo y desde dónde tienen que crecer: mantener la portería a cero. En las últimas semanas ha lanzado varias veces este mensaje en ruedas de prensa, e incluso el vestuario se ha adueñado de las palabras de su entrenador y varios han sido los futbolistas que han destacado el valor de no encajar goles.
Tras aquellos fatídicos partidos ante el Málaga CF y el Deportivo Alavés que mostraron las costuras defensivas del equipo en los que encajaron 7 goles en contra, el equipo ha reconducido el rumbo y ha blindado su meta en los últimos encuentros. Este saco de goles que le endosaron al Real Zaragoza sirvió para alertar a Fran Escribá, que desde entonces puso más hincapié en el aspecto defensivo y ha conseguido su objetivo.
En el último mes de competición, es decir, en los últimos 4 enfrentamientos ligueros, tan solo han conseguido batir a Cristian Álvarez en una ocasión, la del pasado domingo en el derbi aragonés. Hasta el gol de Obeng, el Real Zaragoza sumaba tres partidos consecutivos sin encajar un solo gol. Los resultados dan la razón al valenciano y evidencian la importancia de recibir pocos goles, ya que el elenco zaragocista ha conseguido 6 puntos de los últimos 12 posibles, mejorando así los números de los 4 enfrentamientos anteriores en los que encajó más.
La mejoría en defensa es clara, pero tiene consecuencias. Priorizar protegerse, significa, tal y como se ha visto en los últimos partidos, que el Real Zaragoza en algunas situaciones en las que podía arriesgar ha optado mantener lo conseguido en vez de ir a por un mayor botín, como sucedió sin ir más lejos el último domingo ante la SD Huesca.