En una semana marcada por la despedida de Alberto Zapater, el Real Zaragoza afrontará su último viaje de la temporada a Ibiza para enfrentarse al técnico con pasado blanquillo Lucas Alcaraz.
El equipo blanquillo, con la salvación matemática en el bolsillo desde la pasada jornada en la que superó al Cartagena, aunque realmente la había conseguido de forma virtual varias jornadas antes, solo jugará ahora por intentar ofrecer a sus aficionados su mejor versión que para su desgracia ha llegado demasiado tarde para haber luchado por el objetivo principal marcado a principio de campaña que era estar la zona de Promoción de ascenso.
Teniendo en cuenta que los seis equipos que tiene por delante en la tabla se mueven en una horquilla de cuatro puntos con respecto al conjunto maño, si este fuera capaz de ganar los dos encuentros que le restan (Ibiza y Tenerife) podría avanzar algún puesto más.
De toda formas el hecho de enfrentarse a un equipo ya descendido parece obligar en cierta medida a lograr una victoria que le permitiría retomar la buena racha que se interrumpió hace dos jornadas con la derrota ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere.
Hasta ese momento el equipo de Fran Escribá había acumulado diez jornadas consecutivas sin perder en un tramo de la temporada especialmente complicado ya que le tocó enfrentarse a la mayoría de los equipos de la parte alta de la clasificación.
Vencer en Ibiza y al Tenerife en La Romareda en la última jornada aparecen como los últimos esfuerzos y objetivos para despedir al menos la campaña de una forma que minimice el fiasco de haber luchado gran parte de la misma por no descender y dejar un buen sabor de boca en sus sufridos aficionados.