El Real Zaragoza inicia mañana la competición en La Romareda frente al filial del Villarreal. Con el mercado de fichajes de por medio, Escribá cuenta con una gran cantidad de efectivos en todas las posiciones, lo que le supone un bendito problema a la hora de configurar el que será el primer once de la temporada.
El 4-4-2 es el esquema que caracteriza al valenciano y el que se ha visto desde que llegó a la capital aragonesa, y al que se ha mantenido fiel a pesar de los numerosos problemas físicos que sufrieron los futbolistas de ataque del Real Zaragoza durante la campaña pasada. Sin embargo, la carencia de extremos hasta hace pocos días ha obligado a Fran Escribá a introducir otro tipo de sistemas que se ajusten mejor a las características de los futbolistas con los que ha contado durante la pretemporada.
Y es que durante la gran mayoría de los partidos de preparación el rombo ha sido el esquema utilizado por Escribá. Esta formación mantiene ciertas similitudes con el 4-4-2, pues se continúa manteniendo los dos puntas. Sin embargo, la existencia de un solo pivote, la aparición de interiores en lugar de extremos y la presencia de un mediapunta son factores cambiantes con respecto al esquema predilecto del técnico del Real Zaragoza. Los futbolistas, lógicamente, han ido rotando, pero ya se ha podido dejar ver la idea del ex técnico del Elche de cara al primer partido de liga.