Tras la derrota frente al Burgos, el guardameta del Real Zaragoza Cristian Álvarez ha reconocido este miércoles que están "lejísimos de donde quisimos estar al principio de la temporada", aunque se ha negado a calificar el año como un fracaso porque no utiliza para medir "la vara del éxito o el fracaso".
"Nunca he medido mi vida con esa vara, la del éxito o del fracaso. Si digo que ha sido un fracaso, eso quiere decir que todo mi trabajo estas siete temporadas lo ha sido porque no conseguí el objetivo de subir a Primera", ha reflexionado.
Y se ha preguntado a sí mismo si se puede considerar un fracaso y se ha respondido: "Pienso que no. Trabajo todos los días para conseguir el objetivo y he cometido muchos errores, pero nunca me sentí fracasado".
También ha lamentado que, tras las ilusiones que se despertaron con el excepcional comienzo de temporada con cinco victorias consecutivas, ahora "parece que han pasado diez años".
Sobre su retorno a la titularidad el pasado domingo ante el Burgos tras seis meses en el dique seco por una lesión en la que ha sufrido algunas recaídas, ha dejado claro que "no fue el regreso soñado".
"La nota positiva tras seis meses es que acabé bien y sin inconvenientes. He arrancado fuerte y cargado de ilusión esta semana", ha añadido.
El capitán zaragocista ha comentado que es normal que en la plantilla haya preocupación porque la derrota 1-3 contra los burgaleses fue en un partido que era "fundamental ganarlo para alejarnos más de la zona comprometida de la clasificación y no lo conseguimos y el resultado es hiriente".
"Estamos reseteados para acabar el tramo final de la temporada lo mejor posible", ha asegurado sobre el ánimo que tiene toda la plantilla zaragocista.
Sobre el largo camino que ha tenido que seguir para poder volver a sentirse futbolista ha desvelado que ha pasado por "muchos estados anímicos" en los que por momentos ha sentido la ilusión de verse cerca de volver pero otros que no han sido fáciles como las situaciones por las que ha pasado el equipo que "desde fuera no es fácil".
"He tenido recaídas porque es la primera vez que estoy tanto tiempo fuera inactivo. He sentido muchas cosas y ha sido un aprendizaje muy fuerte para lo que me quede. He pasado por muchos estados anímicos. En las situaciones difíciles con el tiempo queda el aprendizaje más grande", ha confesado.
En el último mes, cuando ya ha empezado a trabajar con normalidad, su objetivo principal era "sentirme portero y futbolista en el campo tras una larga inactividad y a mi edad saber que estoy bien.
"Hace poco un amigo me decía: Cuando el niño muere, el futbolista se acaba y mi niño está bien despierto", ha afirmado.
Lo que ha negado con claridad es que durante el periodo que ha estado lesionado haya pensado en la retirada. "Viví un montón de situaciones como las recaídas sobre todo cuando estas a un pasito. Me he apresurado dos veces y con las recaídas es muy complicado y de ahí me llegó el aprendizaje. No pensé en retirarme", ha zanjado.
A Oviedo ha asegurado que viajarán asumiendo la responsabilidad de lo que se están jugando porque ahora el único objetivo es lograr la permanencia cuanto antes. "El nerviosismo y la ansiedad tenemos que dejarlos a un lado y sacar el partido adelante con una victoria", ha asegurado.