El Córdoba estaba llamado esta temporada a vivir una bonita pugna con el Recreativo de Huelva por las primeras posiciones. Dos clubes hermanos, con las aficiones unidas dando un gran ejemplo y que han vivido un dramático paralelismo en el apartado institucional.
Los blanquiverdes está viviendo en primera persona todo lo que ya tuvieron que recorrer los albiazules tras el descenso a Segunda B.
Tras el escándalo de la detención de Jesús León (interesado en su día en la compra del Recreativo) por presuntos delitos societarios, la crisis en los cordobesistas no tiene fin, hasta tal punto que se ha vivido la venta de la unidad productiva del club a un fondo inversor de Bahréin y la creación de una nueva SAD con la que se pretende competir, eludiendo así las deudas.
Asimismo, se ha puesto en marcha un nuevo concurso de acreedores con el liquidar las deudas del histórico Córdoba CF SAD, que apunta desparecer en sustitución del Unión Futbolística Córdoba SAD. La RFEF se ha negado en absoluto a permitir que la nueva SAD compita en la plaza que ocupa actualmente el Córdoba CF.