El Betis-Eibar que se disputa este sábado despide 2018 en el estadio Benito Villamarín, y lo hace en un ambiente festivo por la buena marcha del equipo sevillano y con actos solidarios con motivo de la Navidad.
La formación que entrena Quique Setién busca acabar el año con la cuarta victoria consecutiva en LaLiga Santander, que la consolidaría en los puestos europeos de la clasificación, y para potenciar la asistencia al estadio el club ha ideado diversas iniciativas entre sus abonados.
Además, como ya se ha hecho en canchas de baloncesto y en estadios de fútbol como el del Charleroi belga o el Feyenoord holandés, el Betis ha programado una 'lluvia' de peluches en el descanso y una recogida de productos navideños en diversas zonas habilitadas en el estadio.
También se han repartido gorros verdiblancos de Papá Noel entre los espectadores, quienes se han visto sorprendidos en los prolegómenos con que las líneas centrales del terreno de juego estaban torcidas, en una campaña para concienciar de los riesgos del consumo del alcohol al volante bajo el lema: 'Si bebes y conduces, todo se tuerce. Hay fútbol. Vamos'.
Como invitado a la fiesta llega el equipo de José Luis Mendilíbar, que hace cuatro jornadas logró una sonada victoria en el estadio Ipurúa ante el Real Madrid (3-0) pero que después encadenó tres partidos consecutivos sin ganar, con derrota en el campo del Rayo Vallecano y empates como local ante el Levante y Valencia.