Un grupo de radicales asalta el vestuario de la Balona en Estepona: la policía tuvo que intervenir

La Costa del Sol, concretamente Estepona, fue escenario de uno de los sucesos más desagradables de la pasada jornada en el panorama futbolístico nacional. Un hecho que deriva de la delicada situación que atraviesa uno de los clubes protagonistas, la Real Balompédica Linense. Fue allí, tras la disputa del partido entre el Estepona y la Balona que terminó 4-0 para los locales, cuando un grupo de hinchas radicales del equipo visitante asaltó el vestuario de sus propios jugadores para reprocharles lo que había sucedido en el terreno de juego.

Todo se desencadenó desde que el colegiado señaló el final del encuentro. Tal y como narra Europa Sur, hinchas radicales de la Balona accedieron al vestuario visitante por una puerta trasera que se encontraba abierta. Una vez dentro -y según testigos presenciales- comenzaron a increpar a los futbolistas a voz en grito por la abultada derrota ante el Estepona y por la mala situación del equipo tras ocho jornadas transcurridas.

A partir de ahí, la intervención de Carlos Guerra, segundo entrenador blanquinegro, y del delegado Joaquín Jiménez fue clave para que la situación no pasara a mayores y para que la actitud de los que habían invadido la caseta cambiara. La Policía Nacional terminó de disuadir a aquellas personas que habían entrado en el vestuario y por los que solo se habían vivido, hasta ese momento, instantes de tensión entre los protagonistas.

Posteriormente, los jugadores accedieron al autobús del equipo sin problemas después de que la Policía Nacional acordonara la zona anexa al vestuario por precaución y para evitar que se produjeran nuevos incidentes. La cosa quedó ahí.

Pésima situación deportiva

La Balona atraviesa una situación deportiva muy delicada, lo que ha generado una desconexión total con su afición en apenas ocho jornadas. El equipo es último en la tabla del Grupo IV de Segunda Federación después de un triunfo, dos empates y cinco derrotas.

Pese a que desde el club se hablaba de objetivos ambiciosos como el play off y el ascenso a Primera Federación, la realidad es bien distinta. Y, todo ello, sumado al descenso de hace dos temporadas y a la insípida temporada del año pasado. El cabreo es generalizado entre la parroquia blanquinegra.