El fútbol actual está en un proceso de cambio constante pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Y pese a que no nos guste, el machismo sigue latente. Por ello, acciones como las de la selección española femenina son necesarias, en busca de un cambio y de una igualdad (dentro de los límites posibles) con el fútbol masculino.
Y el diario MARCA ha logrado hablar con dos pioneras de estos cambios en el fútbol femenino: las hermanas Parejo. Ángeles e Isabel fueron dos de las primeras jugadoras españolas de la historia. Sin ir más lejos, la primera de ellas es la autora del primer gol de España en un torneo internacional.
Ángeles fue pionera y jugó alrededor de 20 años en la élite del fútbol, en equipos como Sabadell, Torino, Torres, Atlético Oristano, Olbia, Roma, Reggiana y Takarazuka Bunny.
Con España jugó en 18 ocasiones (debutó a los 17 años), en dónde sufrió todo tipo de comentarios y hechos machistas. Al igual que en sus clubes, en dónde sufrió uno de los comentarios más duros de su carrera. "O te acuestas conmigo o le digo a todo el mundo que eres lesbiana', me dijo el presidente de un club. 'Prefiero ser lesbiana y que la gente lo sepa que acostarme con usted', le respondí.
Crecieron deportivamente en el Sabadell (en dónde Ángela jugaba con el nombre de Ángel por los comentarios que podía sufrir), pero el presidente del Torino pagó alrededor de 300.000 pesetas para hacerse con sus servicios. Llegaron juntas pero en su cuarto año tuvieron que ser separadas por una norma que existía en Italia.
"Jugar con la selección fue un sueño que hice realidad gracias a mi familia. A mi padre le gustaba mucho el fútbol y mi madre se limitaba a vernos felices. Siempre me apoyaron de manera incondicional", dijo al diario MARCA.
Tantas eran las diferencias que incluso no tenían ni sus propias camisetas en la selección. "Llevábamos la equipación de la Sub'17 masculina del año anterior. La camiseta me sobraba por todas partes y al pantalón le tenía que dar tres vueltas porque me quedaba por debajo de las rodillas". Se quejaron, e incluso escribieron una carta a la federación, pero no obtuvo respuesta y acabó dejando la absoluta.
"La Federación nos dejó de llamar porque no querían pagarnos los viajes. Nos sentimos discriminadas porque podíamos haber seguido jugando por nuestro país", sentencia Ángeles.
Respeto para las mujeres y para las personas LGTBIQA+, en el deporte y en todos los entornos.