Alemania siempre es un rival especial. Un equipo que recuerda grandes gestas, goles de cabeza decisivos, finales con títulos en juego. Una selección ante la que España se ha enfrentado en multitud de ocasiones con más pena que gloria. Pero la gloria, eso sí, será por siempre recordada para los aficionados de La Roja.
Los más jóvenes del lugar no recordarán a Maceda. En la Eurocopa de Francia de 1984, España estaba emparejado en la fase de grupos con Alemania, Portugal y Rumanía. El equipo entrenado por Miguel Muñoz había cosechado dos empates ante estas dos últimas selecciones, por lo que su pase a semifinales se decidiría en un duelo crucial ante Alemania.
El combinado español nunca había ganado a los germanos, por lo que el partido se antojaba como una auténtica final. A Alemania le valía el empate, mientras que La Roja estaba obligada a ganar, lo que fue acrecentando la tensión del encuentro conforme pasaban los minutos.
Hasta que llegó el 90': una falta sacada rápida en el centro del campo, un balón colgado desde la banda derecha y el famoso cabezazo de Maceda que daba el triunfo a España y la clasificaba para semifinales de aquella Eurocopa, donde doblegó a Dinamarca en la tanda de penaltis. La final quedó en el olvido tras perder 2-0 ante Francia, la anfitriona, en el Parque de los Príncipes.
Sergio Ramos para Puyol. Puyol para Marchena. Xavi, Silva, Marchena, Capdevila, Marcos Senna... y otro balón para Xavi. "Ahí, entre líneas", comenta Camacho por la televisión. Balón en largo para Fernando Torres, que gana la carrera a Lahm y pica el balón por encima de Lehmann. Gol de Torres; gol de España.
La selección dejaba atrás 54 años de sinsabores, de sufrimiento, de eurocopas y mundiales en la cuneta, de brechas en la cara y de balones que no habían salido por la línea de fondo. En 2008, en el Ernst Happel de Viena, España se coronaba como campeona de Europa de la mano de Luis Aragonés e inicia una era de ensueño. El gol con el que empezó todo.
Pocos podía imaginar años atrás que España llegaría nada menos que a la final de un Mundial. Lo hizo de la mano de una selección llena de talento, de fútbol, de un estilo propio y característico. Pero también lo hizo ganando 1-0. España se medía a Alemania en la semifinal del Mundial de 2010 en Durban y, a pesar de que se sentía superior, no conseguía traducirlo en el marcador.
Fue en el minuto 73 cuando cambió el devenir de un equipo campeón. A pesar de que su juego se caracterizaba por el 'tiki-taka', fue un córner botado por Xavi desde el costado izquierdo cuando se paró el reloj. Puyol se elevó por encima de todos los alemanes en el punto de penalti y su cabezazo, inapelable, acabó en la red.
Ganó España 1-0, y lo hizo para llegar a la final del Mundial. Luego llegó la cita ante Holanda en el Soccer City de Johannebusgo. El resto es historia.