Álvaro Morata ha vuelto a la selección española tras su inesperada ausencia en el Mundial de Rusia. El delantero del Chelsea, tras un irregular final de curso, se quedó fuera de la lista de 23 citados por Lopetegui a pesar de haber sido un fijo durante toda la fase de clasificación para la cita mundialista. El madrileño, sincero como pocos en un fútbol actual en el que dicha cualidad es de las que más se echa en falta día tras día por parte de todos los que participan en el deporte rey, no duda en reconocer que ha vivido un verano "jodido". Y es que Morata no es precisamente un futbolista que esconda sus sentimientos.
Criticado con dureza por buena parte del madridismo tras su salida del club blanco con destino a Stamford Bridge, el primer año de Álvaro en las islas británicas no ha sido fácil. A pesar de haber tenido un notable inicio de temporada -seis goles en sus primeros diez partidos en la Premier League- el ex del Real Madrid fue viendo cómo su rendimiento decaía conforme iban pasando las jornadas. El resultado, dos pírricos tantos en la segunda vuelta de la competición doméstica inglesa. No obstante, Morata es el primero en hacer autocrítica: "No vale de nada pensar en el pasado. No hice la mejor temporada".
Ahora, Luis Enrique ha decidido incluir al '29' del Chelsea en su primera convocatoria como seleccionador nacional. Lejos de tirar de tópicos frente a las preguntas de los periodistas, el joven futbolista español ha reconocido en sala de prensa abiertamente sus nervios el día de su 'vuelta al cole': "Me siento como si fuera la primera vez. Estaba hasta nervioso cuando llegué. Llegué una hora y media antes". Unas palabras que, además, van en consonancia con sus gestos en la comparecencia de este martes, los cuales evidencian la ilusión del pupilo de Sarri por estar de vuelta en la Ciudad del Fútbol.
Difícilmente exista un futbolista en el panorama internacional actual con más inestabilidad emocional que Álvaro Morata. De hecho, el propio jugador ha reconocido abiertamente en alguna ocasión que le afectan demasiado las malas rachas de cara a gol. Especialmente decisivos han sido dos acontecimientos para su carrera futbolística: la llegada de Alice Campello, su esposa, a su vida mientras jugaba en la Juve y la lesión sufrida en su actual club.
Fue en Turín donde conoció a la que hoy es la madre de sus hijos: Alessandro y Leonardo. El por aquel entonces bianconero vivió una importante mala racha de cara a portería que finalizó justo cuando conoció a la modelo italiana. Antes, lo había intentado con mil y una cosas, tal y como reconoció en una entrevista en Marca: “Lo probé todo, desde cortarme el pelo, la barba, cambiar el coche... pero no estaba bien conmigo mismo”. Hasta que llegó Alice, quien fue decisiva en el cambio de rendimiento del ‘9’ de la Vecchia Signora, tal y como confesó él mismo en ‘Campo de Estrellas’ (RMTV): “Pasé de no parar la pelota a ser uno de los jugadores más en forma que había. El mes que la conocí me dieron el premio a mejor jugador”. Lo que vino después fue un Álvaro Morata totalmente diferente y valorado como uno de los mejores de la Serie A y de la Champions League del curso 2015/16.
La otra cara de la moneda le llegó dos temporadas después en forma de lesión, la cual ni el propio jugador sabía en qué consistía. Así lo narraba en una entrevista en Marca: “Prefería haberme roto un músculo y estar tres meses fuera a no saber muy bien lo que tenía. Quería jugar, seguir marcando goles, pero no podía. No sabía lo que tenía”. El relato, contado a la perfección por el propio protagonista, es duro: “No me decían: 'tienes una rotura aquí o allí'. Me hice resonancias en todos los músculos del glúteo, de la espalda... Estaba cenando o conduciendo y, de repente, me daba un pinchazo y tenía que parar. No podía ni conducir. Era como en el nervio ciático. Quería, quería, pero nada”. La consecuencia final, tener que ver los partidos de la selección española en el Mundial de Rusia desde casa.
Más de cuatro meses después, Morata tiene ante sí la oportunidad de redimirse. No tiene una competencia fácil, pues la nómina de atacantes españoles para la novedosa UEFA Nations League y la posterior fase de clasificación para la EURO 2020 es bastante extensa y de mucha calidad, pero Álvaro tiene claro que a ilusión nadie le ganará.