La selección española mide el crecimiento de un joven valor como Martin Odegaard en el año de su explosión, en la visita a Noruega, donde puede certificar a las primeras de cambio el pase a la Eurocopa 2020 de forma matemática, en una impecable fase de clasificación con pleno de triunfos.
No ha encontrado rival camino de la Eurocopa 2020 una selección española en fase de crecimiento y encaje de nuevos futbolistas que van encontrando el premio por la meritocracia por la que apuesta Robert Moreno.
El nuevo seleccionador español destierra el concepto intocable, apenas vigente para el capitán Sergio Ramos y Sergio Busquets, y premia en cada convocatoria los momentos de forma. Así aparecen nuevas caras como Sergio Reguilón, Pau Torres o Gerard Moreno, regresan jugadores de la generación que tocó la gloria como Raúl Albiol o Santi Cazorla, y se alimentan debates en zonas del campo donde está por decidirse los elegidos para la próxima gran cita.
Especialmente España debe afinar en el centro de la defensa y la zona del 9. Robert Moreno tiene dos castings abiertos para encontrar la pareja definitiva a Sergio Ramos, que en Oslo hará historia y se convertirá en el jugador con más internacionalidades de la selección superando a Iker Casillas. Lo hará volviendo a probar a Íñigo Martínez a su lado, tras caerse Mario Hermoso por la falta de minutos en su club.
En la delantera solo se asienta como fijo Rodrigo Moreno y la ausencia de Álvaro Morata es un toque de atención. Aprietan Mikel Oyarzabal y Pablo Sarabia, que aspiran a la titularidad pendiente del estado de Fabián Ruiz, último jugador que derribó la puerta con su rendimiento, y que arrastra una faringitis. El centro del campo también está pendiente de los problemas musculares de Dani Ceballos. Si Robert decide no forzar, sería Thiago el titular.
Líder con siete puntos de ventaja y pleno de victorias en las seis jornadas, con 17 tantos a favor y solo tres en contra, España encara con los deberes prácticamente hechos las dos salidas más duras de la fase de clasificación una vez superada la de Rumanía. En tres días esperan Noruega y Suecia, últimos exámenes a una clara superioridad en su grupo.
Noruega, que tres días después visita a Rumanía, necesita al menos un empate para mantenerse en la pelea por la segunda plaza. A falta de cuatro partidos, el equipo de Lars Lagerbäck es cuarto con 9 puntos, uno menos que los rumanos y dos que Suecia.
Equilibrio y solidez defensiva son algunas de las claves para sorprender a España repetidas en los días previos por el veterano técnico sueco, que también ha echado mano de la buena estadística de su equipo en el estadio Ullevaal de Oslo, con las entradas agotadas desde hace un mes para este partido.
Noruega no pierde en casa desde septiembre de 2016 (0-3 contra Alemania en partido de clasificación para Rusia 2018), y en la "era Lagerbäck" suma 8 victorias y 4 empates en Oslo, aunque se ha medido a equipos de nivel medio y bajo, con República Checa, Suecia y Rumanía como rivales más destacados.
Aunque la llegada de Lagerbäck, una década como seleccionador de Suecia y "padre" del milagro islandés, ha mejorado las prestaciones (en esta fase, en seis partidos solo ha perdido contra España), Noruega, que hace veinte años que no juega una fase final, está lejos de su época dorada en la década de 1990. Desde 2010, cuando derrotó a Francia y a Portugal, los números de Noruega frente a selecciones europeas de nivel alto es demoledor: una victoria y un empate (ambos contra Croacia) por 12 derrotas.
Con la baja segura del joven delantero Haaland, la nueva promesa del fútbol noruego, y la duda del central Reginiussen, Lagerbäck podría repetir el once que empató en Estocolmo y estuvo cerca de ganar el encuentro, abandonando su habitual 4-4-2 para jugar con un solo punta y dejar a Ødegaard con libertad por detrás tras adquirir galones y convertirse en el referente del ataque noruego.