Un héroe por y para Luis Enrique. Dani Olmo se convirtió este domingo en el gran salvador de la selección española ante Georgia (1-2) al conseguir anotar el tanto de la victoria en el último suspiro: un acierto de un entrenador que no gana para demasiados sustos.
Cuenta con la confianza máxima de su entrenador. Su nombre llegó a España cuando, con la sub 21, firmó un Europeo a la altura de muy pocos (sonó incluso para el Atlético de Madrid). Por entonces, apenas era un conocido en el fútbol nacional, sus aventuras en Zagreb no eran demasiado conocidas, pero rápidamente se ganó un sitio en la absoluta.
Su papel en la Bundesliga, con altibajos, no cambia la idea de Luis Enrique. Dani Olmo es uno de los favoritos del entrenador y aunque este domingo no fue titular, sí fue la gran carta del entrenador.
Sustituto de Bryan Gil, titular ante Georgia tras su gran encuentro ante Grecia, Dani Olmo convirtió la banda izquierda en un carril bici para Jordi Alba: todo el espacio para él hasta encontrarse con los peatones blancos, con los jugadores de Georgia.
Su participación era abrumadora, pero sus aciertos eran mínimos: perdió hasta 13 balones en pases, controles o intentos de regate (solo ganó tres duelos individuales). Y apareció cuando nadie le esperaba.
Con el tiempo agotándose y Georgia saboreando el punto, Dani Olmo miró a portería y se sacó un precioso disparo que, con la inestimable ayuda de Giorgi Loria -meta local- se colaba por la escuadra para satisfacción de Luis Enrique.
Un héroe por Luis Enrique, por su apuesta, por su confianza, por su ímpetu. Y para el entrenador, que respira, suma tres puntos y salva una papeleta que tenía pocas opciones de contener premio.