Luis Rubiales ataca a Jenni Hermoso y a las jugadoras ante el juez: "No diré que no me toquen"

Luis Rubiales ya ha pasado por la Audiencia Nacional para declarar sobre el caso del beso a Jennifer Hermoso. El Español ha tenido acceso a esa declaración y ha revelado las palabras del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol ante el juez. En total, 54 minutos y 36 segundos en los que el acusado se defendió y atacó a las futbolistas de la selección española.

Luis Rubiales mantiene su versión

Alrededor de sobre si el beso a Jenni Hermoso fue consentido o no giró gran parte de la declaración. "Pero mire, si lo he hecho también con jugadores. Fue un momento... Vamos a ver, yo, de verdad...Ganamos un Mundial, hay muestras de afecto. Esto no es que alguien ha llevado a una oficina a alguien a escondidas a darle un beso por la fuerza. No. Es que fue algo tan natural, a la luz de millones de ojos, entre dos personas que han estado conviviendo mucho tiempo", comenzó a explicar el antiguo dirigente.

Rubiales siguió el camino de su primera intervención pública y no dio su brazo a torcer. Procedió a utilizar una analogía quizás poco acertada para justificar la naturalidad del momento. "Tan natural como cuando te toca la lotería, se acaba la Guerra de Ucrania o ganas un Mundial", para después volver a contar su versión de la historia sucedida durante la entrega de medallas del pasado Mundial femenino.

Ataca a Jenni Hermoso y a las jugadoras de la selección

"Estaba abrazando a las jugadoras, al entrenador, cuando pasa ella. Viene hacia mí a darme un abrazo. Nos abrazamos, ella me levanta y hago un gesto para no caerme, todo esto en una conversación en la que yo le recuerdo que sin ella no habríamos ganado el Mundial. Entonces le pregunto. Y ella me dice vale", contó sobre el momento que desató toda la tormenta.

A pesar de todo lo sucedido, de su destitución, de la denuncia de la propia futbolista, del escarnio público, de enfrentarse a un juicio... Sigue viendo a Jennifer Hermoso como la que dio el primer paso e incentivó su reacción. "Ella me coge de dónde puede, yo la agarro también y no hay más. Dos o tres minutos después, me levantaron entre todas y me mantearon. Y en ese momento no diré que no me toquen, con perdón, el culo, las rodillas o la espalda. Hemos ganado un Mundial y es una cosa indescriptible la euforia y la alegría tan tremenda que hay", mantuvo Rubiales apuntando el dedo acusador en la dirección de las campeonas del mundo.