El portugués José Mourinho, expulsado este domingo ante el Monza, no estará en el banquillo de la Roma el próximo sábado ante el Inter, en lo que será el segundo reencuentro seguido frustrado por una expulsión del entrenador 'giallorosso'. Un nuevo lío para el técnico portugués que hace poco volvió a insistir en que, para él, la última final de la Europa League no la ganó el Sevilla.
Mourinho se enfrentó al banquillo del Monza en el tiempo añadido, ya con la victoria en el bolsillo, haciendo gestos de silencio y de lloros dirigidos al banquillo rival, con los que ya la temporada pasada tuvo un enfrentamiento.
"Me disgusta no estar en el banquillo en cada partido", dijo el técnico al final del choque, sabedor de que se perderá el partido contra su exequipo del próximo 28 de octubre.
Algo que, curiosamente, ya sucedió la temporada pasada, cuando el setubalense vio el partido desde el autobús del equipo, aparcado en el parking de San Siro, por haber sido expulsado la jornada anterior ante el Atalanta.