Cuando más le costaba al conjunto sevillista llegó la jugada clave. Transcurría el minuto 27 de la segunda parte y en una de sus múltiples pérdidas de tiempo, un futbolista del Villanueva se caía al suelo pretendiendo ser atendido, tratando de echar fuera sin éxito la pelota otro miembro de la zaga, el balón no salía y el Sevilla Atlético seguía jugando. Acto seguido, un futbolista visitante le arrojaba la bota de su compañero al sevillista Salva y era expulsado, derrumbándose como un castillo de naipes todo el entramado defensivo de su equipo. En los últimos minutos, Jario Morillas y Tano marcaban levantando el marcador y dándole sus primeros puntos a un equipo muy remozado y que necesitará tiempo para recordar al de la temporada pasada.