Otro pasajero se las había olvidado al salir el avión, según informa el portal mirrorfootball.co.uk y croatiantimes.com.
Meses después, la policía pidió la colaboración de los pasajeros del avión para identificar a la persona que se había llevado las monedas. Mientras, Suker guardaba silencio. El delantero, posteriormente, le dio las monedas a un amigo, Tanja B. Éste último acudió a un experto, que había sido avisado por la policía del robo, para saber el valor real de las monedas.
De esta forma, tanto Suker como su amigo fueron descubiertos y condenados a pagar la multa de 8.000 euros. El juez explicó que el croata probablemente actuó así por no ser un experto en el arte de la numismática, pero aún así decidió sancionarle.
Libertad Digital