Fue a las puertas del cercano hotel de concentración, el hotel Los Lebreros, donde se produjeron los peores incidentes. Porque algunos seguidores tiraron objetos contra el autobús que transportaba a los futbolistas, entre ellos bengalas que impactaron contra las lunas del autobús.
Los incidentes fueron a más hasta el punto de que la policía tuvo que intervenir disolviendo el grupo.
Incluso hubo enfrentamientos de algunos radicales con algunos futbolistas.
Además de estos 'ataques' hubo quejas y reclamaciones de todo tipo, desde las que tuvieron como objeto a los futbolistas ("jugadores mercenarios, sinvergüenzas") a las que se acordaron del presidente José María del Nido y el precio de los carnet ("Del Nido súbeme el carnet"). Y algún que otro cántico muy generalizado reclamando la vuelta de Joaquín Caparrós al banquillo del Sevilla.