Quizás por eso se explique la medida que ha tomado el entrenador nervionense, Míchel, para esta pretemporada. El técnico madrileño ha decidido que todos sus jugadores almuercen juntos. Pero no solo a la misma hora, sino también en la misma mesa, por amplia que sea. Por ello ha dispuesto en un salón una amplia mesa cuadrada que haces las veces de mesa redonda por su significado de comunión.
Todas las comidas del plantel son por tanto conjuntas también físicamente. De esta forma el técnico madrileño logra evitar que, consciente o inconscientemente, se fomenten grupos dentros del plantel. La medida fomenta justamente lo contrario, unidad.
Es un detalle, solo un detalle, pero bastante delatador de las intenciones del técnico sevillista en esta pretemporada. "Si sigo cambiarán muchas cosas", llegó a decir antes de renovar.
Se ha puesto manos a la obra.