Un dato ilustrador lo demuestra. El conjunto nervionense, incluso con diez, ha pisado continuamente el campo contrario, y hasta el área rival. Ni más ni menos que 54 veces.
Un buen número de veces para crear, al menos, más peligro que el que ha supuesto el ataque sevillista al Valladolid. Sobre todo porque es llamativa la comparación con su rival. El conjunto pucelano, que hizo dos goles y pudo hacer alguno más en la segunda mitad, pisó el área rival, la de Diego López, casi cuatro veces menos, tan solo 13.
El conjunto hispalense ha merodeado el área pucelana, pero con poca claridad. Queda claro que llega a los dominios rivales fácilmente, igual de claro que cuando llega a esos dominios, las luces se apagan y los goles no llegan.