Sobre todo porque el entrenador madrileño, que fue destituido en Nervión por sus malos resultados al frente del conjunto hispalense, llegó al equipo del Pireo con éste situado en lo más alto de la tabla y catorce puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el Asteras.
Míchel acepta hablar de méritos compartidos con su predecesor, Leonardo Jardim, aunque dice que si el Sevilla se hubiese metido en la final de la Copa del Rey no habrían tenido en cuenta que él condujo al equipo hasta las semifinales: "Obviamente el título estaba encarrilado, pero bueno, nos ha pasado lo contrario en Sevilla. Si el equipo se hubiese metido en la final de Copa, nadie se habría acordado de nosotros", comentó.
El Olympiacos se proclamó campeón después de imponerse por 3-0 al AEK de Atenas, equipo antes dirigido por otro exsevillista, Manolo Jiménez, que ahora se encuentra en una delicada situación en la tabla, antepenúltimo clasificado.